Moscú. El arcipreste Dimitri Smirnov, jefe de la Comisión del Patriarcado (de la Iglesia Ortodoxa Rusa) para asuntos de la familia, la maternidad y la protección de los niños, volvió a convertirse en vocero incómodo de la religión mayoritaria en este país al hacer este domingo unas declaraciones desafortunadas que atentan contra la dignidad de las mujeres.
El polémico clérigo arremetió esta vez contra las mujeres que prefieren vivir en unión libre en vez de contraer matrimonio.
“Nuestras mujeres no entienden qué es el matrimonio. Les da pena decir ‘soy una prostituta que no cobro’ y por eso afirman: vivo en unión libre. ¡Hazme el favor! Claro que no, simplemente hacen un servicio gratuito y ya, por eso nadie quiere considerarlas su esposa”, bramó el arcipreste ante los miembros de una comunidad ortodoxa.
“No se vale insultar y humillar así a las mujeres. Nos guste o no, hay mil razones para que la gente decida vivir en unión libre”, respondió la diputada Yelena Vtoryguina, vicepresidenta del Comité para la Mujer y la Familia de la Duma, mientras la senadora Yekaterina Liajova, que dirige la Unión de Mujeres de Rusia, llamó las palabras de Smirnov “un insulto estúpido, inesperado para la Iglesia”, pero justificó que de ese modo el religioso trató de defender “la familia tradicional”.
Para frenar la ola de críticas, otro portavoz de la jerarquía eclesiástica, Vajtang Kipzhidze, subjefe del departamento de relaciones con la sociedad y los medios de comunicación del mismo Patriarcado, intentó enmendar los desatinos de su colega al aclarar que éste sólo quiso mostrar la “irresponsabilidad” de los hombres, quienes al rechazar contraer matrimonio sólo buscan poder abandonar a sus parejas cuando les venga en gana.
No es la primera vez que el arcipreste Smirnov le hace un flaco favor a la Iglesia. Se hizo famoso cuando propuso a los rusos elegir entre “el cristianismo y el fascismo” al afirmar que los “abortos han matado en nuestro país más seres humanos que los alemanes en la Segunda Guerra Mundial”, o cuando dijo que las mujeres “salvo contadas excepciones, son menos inteligentes que los hombres” o aseveró que “las mujeres son las culpables del complejo de inferioridad de la mayoría absoluta de los hombres, toda una tragedia”.