París. Para predecir la evolución de la epidemia del coronavirus todas las armas son útiles, incluidos los modelos matemáticos y las simulaciones mediante ordenador, aunque su margen de error es un riesgo, según expertos.
Para construir esos modelos se toman numerosos parámetros relacionados a la vez con el virus (probabilidad de transmisión, probabilidad de muerte o de curación de un individuo infectado) y el comportamiento de las poblaciones, empezando por sus desplazamientos (tráfico aéreo...).
Esos modelos matemáticos dan a las autoridades sanitarias pautas sobre la amplitud de la crisis y sobre las medidas que hay que tomar.
La ministra francesa de Salud, Agnès Buzyn, declaró el viernes que el club de países más avanzados, el G7, está trabajando en "modelos de diferentes escenarios en función (...) de la gravedad, de la contagiosidad" de la epidemia.
"Pero hay un precio a pagar: cuanto más se intenta afinar el modelo, más difícil será manipularlo y más incertidumbre puede generar" explica a la AFP Arnaud Banos, investigador del Centro de Investigaciones científicas francés (CNRS).
Para intentar reflejar lo más adecuadamente posible la situación en tiempo real, los investigadores hacen simulaciones inyectando constantemente nuevos datos a medida que van surgiendo.
"Por ejemplo, la aparición de un nuevo foco o una nueva medida política o de salud pública que el modelo no podía predecir" añade Banos-. Gracias a ese tipo de modelo, un equipo británico de la London School of Hygiene & Tropical Medicine estimó esta semana que entre mediados y finales de febrero se llegará al pico de la epidemia de coronavirus en la ciudad china de Wuhan, su epicentro.