Lerma, Méx. Aunque la economía circular ha comenzado a resonar a raíz de las prohibiciones de plásticos de un solo uso en México, el concepto es viejo para la industria refresquera y una realidad para reducir la huella de esa actividad, pues buscan recaptar los envases de plástico para volver a utilizarlos como botellas.
Ejemplo de ello es la planta recicladora PetStar, la cual procesa 3 mil 100 millones de botellas al año, por lo cual es considerada la más grande del mundo por la cantidad de plástico tipo pet que utiliza para alimentos, que en su caso, son bebidas.
De acuerdo con PetStar, la cantidad de material que recicla equivale a llenar dos veces y media la capacidad del Estadio Azteca.
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) no solo cuenta con esta planta, sino con otras dos en el país, que también buscan recuperar los plásticos que utilizan, además de Ecoce.
Con ello, el nivel de recolección de envases es de 56 por ciento, nivel que es similar al que se tiene en Europa, según datos de la misma industria.
El objetivo principal de la recicladora —que cumplirá 11 años de existencia— es captar de nueva cuenta las botellas de pet, porque es un material que busca preservar el medio ambiente, pues a pesar de ser de plástico, permite el ahorro de recursos esenciales ante la situación ambiental que se vive en todo el mundo.
En las instalaciones ubicadas cerca de la capital del Estado de México se reciben las pacas de botellas de pet que son recolectadas por mil 200 puntos de acopio.
Después de un proceso en el que maquinaria identifica si la botella es apta para ser reciclada —sin importar que sea de una marca rival—. El material ya limpio es inspeccionado por trabajadores, antes de pasar a un molino que tritura los envases, para después transformarlos en resina.
PetStar produce más de 50 mil toneladas de resina reciclada de pet grado alimenticio, las cuales son utilizadas por Arca Continental, Bepensa, Coca-Cola México, Nayar, Corporación Rica y Corporación Del Fuerte y Embotelladora de Colima.
El resultado son botellas de agua hechas en su totalidad de material reciclado, mientras que los envases para otras bebidas adhieren el 30 por ciento, aunque buscan incrementar esa cantidad en poco tiempo.