Buenos Aires. “No vamos a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica”, dijo esta tarde el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, ante el Congreso, mientras con marchas, actos y ollas populares, organizaciones sociales y políticas rechazaron la presencia de una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que después de seis meses de ausencia retomará el monitoreo de la economía nacional y comenzará una renegociación de la impagable deuda adquirida por el gobierno anterior, la más alta que se recuerde en sólo cuatro años.
Hay repudio generalizado ante el recuerdo de situaciones vividas en otros momentos políticos, acusadas a la intervención del FMI y sus imposiciones, que entre otros fue responsabilizado por las crisis histórica que terminó en un estallido social en 2001 y la caída del gobierno de Fernando de la Rúa.
La visita de la misión del FMI coincidió con la presentación de Guzmán en la Cámara de Diputados para analizar la nueva ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa, votada recientemente.
Guzmán explicó el proceso de restructuración de la deuda pública que caracterizó como “insostenible”. Sostuvo que el FMI también es responsable por la crisis de deuda de Argentina y se expresó por la posibilidad de que hubiera un cambio de actitud ante la renovación de autoridades de ese organismo.
El funcionario explicó que este gobierno se fijó un horizonte, con un estructura productiva diferente a la actual “para satisfacer la inclusión social; el dinamismo, para hacer crecer la torta; y la consistencia macroeconómica, condición necesaria para el progreso”.
Al sostener que “no vamos permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica” dijo que “hay bonistas que juegan en forma cooperativa, pero hay otros que juegan otro juego. Hay que definir de qué lado se está; nosotros estamos del lado de la gente”, expresión que como otras similares fue aplaudida vivamente por los asistentes entre ellos sindicalistas y un grupo de empresarios.
“El sendero fiscal y financiero lo decidimos nosotros, y no hay peor opción que la austeridad fiscal ante una recesión”, comentó.
En tanto organizaciones sociales, sindicales y políticas cercanas al oficialismo se congregaron en Plaza Congreso para protestar contra la misión del FMI y exigieron la conformación de una comisión legislativa que investigue el origen de la deuda que se "contrajo" durante la gestión de Mauricio Macri.
En Plaza de Mayo, los partidos y agrupaciones políticas que integran el Frente de Izquierda realizaron su propio acto para condenar la presencia del FMI y exigir “el desconocimiento de la deuda ilegítima”.
Otra marcha llegó al Obelisco, en pleno centro porteño, donde colocaron ollas populares y luego se dirigieron hacia las oficinas del FMI en esta capital bajo la consigna de suspensión de pago de las obligaciones de Argentina con este organismo y un permanente y contundente “Fuera el FMI la deuda es con el pueblo”.
El gobierno por su parte ha expresado que la prioridad es atender la tragedia del hambre en el país.