Ciudad de México. Los tratados comerciales y la protección a la inversión que contienen han servido a México como “contención” frente a lo que puedan hacer gobiernos futuros, así que desde los ochenta se apostó a un régimen de apertura comercial, aseveró Beatriz Leycegui, consultora privada en comercio exterior y ex subsecretaria del ramo.
Con el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se logró introducir la reforma energética, por lo que en caso de incumplirse los inversionistas pueden interponer denuncias contra el Estado mexicano, aseveró al participar en un simposio sobre el acuerdo, organizado por el Tecnológico de Monterrey.
“Lo que se logró en el T-MEC que se me hace importantísimo está escondido, porque no es evidente, es introducir por la puerta trasera la reforma energética, porque es en un capítulo de excepciones”, comentó durante su ponencia.
En entrevista posterior, ponderó que se debe reconocer que desde la transición el gobierno actual del presidente Andrés Manuel López Obrador ha estado muy comprometido con el T-MEC y la política de apertura comercial de México que existe desde la década de los ochenta para competir por los mercados internacionales e insertarse en el marco global económica, “algo que pocas veces se dice, pero es muy importante”.
Así que en el T-MEC no hubo una modificación a la apertura comercial y de inversiones en sectores claves de la economía, pero explicó que en los tratados “una vez que un gobierno abrió un sector a la inversión, no puede dar marcha atrás”.
Eso ocurrió, dijo, con todas las reformas estructurales y, en particular, con la energética que se incorporó en automático al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de donde originalmente estaba excluido dicho sector, y en consecuencia también al T-MEC.
Leycegui comentó que a los inversionistas les conviene más presentar denuncias al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) porque cuentan con más mecanismos de protección que en el T-MEC, porque aún cuando en el primero fue excluido el sector energético “se previó que si México lo abría esas aperturas quedarían incorporadas al tratado”.
Incluso consideró que los inversionistas extranjeros que resultaron afectados por los contratos de gasoductos o la cancelación de las rondas petroleras podrían haber recurrido al capítulos de solución de controversias al TLCAN para denunciar al Estado mexicano.
Aclaró que el capítulo de energía en el T-MEC iba a ser más amplio “pero se acabó eliminando y sólo se estableció un artículo (a instancias del presidente López Obrador) donde se reconoce la soberanía sobre sus recursos energéticos. Eso está en la constitución y México sigue teniendo propiedad sobre sus recursos, nada más que lo abrió a que puedan participar inversionistas extranjeros como está en la reforma energética. Y si México no respeta esa apertura pueden demandar, porque ese es uno de los sectores que quedó protegido en el capítulo de inversión”.