Ciudad de México. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) firmará un convenio de colaboración con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para trabajar en conjunto en la innovación en ciertos sectores productivos, en lugar de seguir transfiriendo recursos públicos para proyectos empresariales, anunció María Elena Álvarez – Buylla, directora general del organismo.
“Las transferencias (económicas) a las instancias privadas ya no serán tales sino que serán acuerdos de colaboración donde se establecerán condiciones para que las empresas se comprometan en invertir más en ciencia y tecnología”, aseveró.
México es uno de los países donde las empresas invierten muy poco en desarrollo científico e innovación, menos del 20 por ciento del total, en contraste con Estados Unidos donde aportan 75 por ciento, en Japón 70 por ciento y en Corea del Sur, una nación que rápidamente escaló a los primeros lugares en eficiencia en innovación y número de patentes, más del 60 por ciento.
Aseveró que durante “el pasado régimen neoliberal” la inversión pública para la innovación, vía el Conacyt, “apostó por el mercado” en un esfuerzo “aparentemente bien intencionado” y tan sólo en el sexenio de Enrique Peña Nieto se destinaron 35 mil millones de pesos del erario a instancias y empresas privadas de todos tamaños, tanto nacionales como extranjeras, entre ellas Volkswagen, Bayer o Mabe.
México subió 7 lugares a nivel mundial en el gasto para innovación, según la Organización Internacional de Propiedad Intelectual (OMPI), pero cayó 16 escalones en la eficiencia de innovación, destacó la funcionaria durante el panel El T-MEC y los Desafíos para Transformar a México con innovación, organizado por el Conacyt.
El convenio con la IP “con visión de soberanía” y acorde a agenda de Estado
En entrevista posterior con La Jornada, María Elena Álvarez explicó que el convenio entre el Conacyt con el sector privado se establecerá “en torno a una agenda de Estado, articulada con otros sectores del gobierno federal para ver en qué casos es prioritario el desarrollo tecnológico y la innovación”.
Incluso comentó que algunos de esos nodos de innovación ya están aterrizando, entre ellos proyectos sobre la transición y eficiencia energética así como el desarrollo de una vacuna contra la salmonella.
Además se tiene la expectativa de contar con un proyecto nacional de investigación en inmunoterapias y fármacos nacionales, así como otro en antivenenos. La directora refirió que México cuenta con los mejores científicos al respecto pero “no tenemos autosuficiencia en la producción de antivenenos contra la picadura de alacranes y otras especies ponzoñosas, primera causa de mortalidad en algunas regiones del país, sobre todo pobres”.
Aseguró que en dichos proyectos de innovación se invitará a participar “con una visión de soberanía” a empresas “preponderantemente nacionales”. Ahí, dijo, “puede haber incentivos (para las empresas)”, mayores a los que se les otorgaron en sexenios pasados, como los de tipo fiscal.
La cuestión es no dejar todo “a los embates del mercado, sino apuntalar las necesidades prioridades y estratégicas del país y en torno a ello hacer una agenda de Estado”, puntualizó la directora del Conacyt.