Pekín. La epidemia por el nuevo coronavirus 2019-nCov dejó ayer 811 muertos y 37 mil 198 contagios en China, lo que la vuelve más mortal que la de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), que entre 2002 y 2003 causó 774 decesos en el mundo, 349 de ellos en China continental y 299 en Hong Kong, informaron las autoridades sanitarias chinas.
Todos los decesos por el nuevo coronavirus ocurrieron en el gigante asiático salvo dos víctimas registradas en Hong Kong y Filipinas.
Un estadunidense y un japonés infectados con el 2019-nCov fallecieron ayer en Wuhan, y fueron los primeros extranjeros en morir en China por la enfermedad, informaron ayer sus respectivas embajadas.
El gobierno chino enfrenta la ira y recriminaciones del público debido a la muerte del médico Li Wenliang, quien dio la alarma sobre la enfermedad hace más de un mes y recibió amenazas de la policía.
La administración dio la orden de acelerar el procedimiento de aprobación de las pruebas para detectar la enfermedad, informó la Administración Nacional china de Productos Médicos.
Chen Yixin, un estrecho colaborador del presidente chino, Xi Jinping, participará en la respuesta de las autoridades al nuevo coronavirus en Wuhan. Chen, secretario de la Comisión Política Central y de Asuntos Legales del Partido Comunista, se integrará en el organismo para la supervisión del brote.
La epidemia sigue propagándose fuera de China continental y hasta ahora se han confirmado más de 320 casos de contagio en unos 30 países.
Sin embargo, el número de casos de contagio de la neumonía viral en China se está estabilizando
, afirmó el viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, celebró ayer la respuesta extraordinaria
de Pekín ante el 2019-nCov, y llamó a evitar toda estigmatización
en torno a la epidemia.
El Ministerio de Sanidad chino nombró provisionalmente a la enfermedad como novel coronavirus pneumonia (NCP).
Las medidas de aislamiento siguen vigentes en muchas ciudades chinas, donde decenas de millones de personas permanecen encerradas en sus casas.
La metrópolis de Shanghái, con de 24 millones de habitantes, considerada el pulmón económico de China, exige desde este sábado el uso de cubrebocas en lugares públicos.
La provincia de Hubei, de la que Wuhan es capital, con 56 millones de habitantes, lleva aislada del mundo dos semanas por un cordón sanitario.
Entre calles desiertas, hospitales desbordados y farmacias tomadas por asalto, millones de habitantes de Wuhan tuvieron que acostumbrarse a vivir en cuarentena, sin transportes ni comercios, a veces incluso sin policías.
La gerente de Wushang Mart, en Wuhan, dice que en sus estanterías hay un 50 por ciento más de verduras y otros alimentos que lo normal a fin de tranquilizar a los clientes nerviosos que temen desabasto.
Las autoridades de Hong Kong aplicaron ayer una cuarentena de dos semanas a cualquier persona que llegue desde China continental. Quienes no respeten esta orden de confinamiento en hoteles o casas particulares se exponen a seis meses de prisión.
Muchos países endurecen las medidas que aplican a los ciudadanos chinos y aconsejan no viajar al país asiático, al que la mayoría de las aerolíneas internacionales ya ha dejado de volar.
En Japón, el número de personas infectadas en el crucero Diamond Princess alcanzó ayer los 64 casos, entre ellos un argentino. Unas 3 mil 700 personas a bordo permanecen encerradas en los camarotes.
Cinco británicos contagiados con coronavirus, cuatro adultos y un niño cuyo estado de salud no es preocupante, fueron hospitalizados en Francia, informó la ministra de Salud francesa, Agnès Buzyn.
Una brasileña fue arrestada en Río de Janeiro después de simular tener coronavirus para que la atendieran con celeridad en una clínica médica, informó ayer la policía.