Río de Janeiro. La cineasta brasileña Petra Costa, nominada al Óscar por su documental Al filo de la democracia, entrelaza su vida personal con la historia reciente del país para denunciar una "epidemia" de la extrema derecha en el mundo.
El largometraje, distribuido por Netflix, es narrado en primera persona y resume los acontecimientos que condujeron al impeachment de la izquierdista Dilma Rousseff en 2016 y a la elección de Jair Bolsonaro en 2018.
"La democracia y yo tenemos casi la misma edad y pensé que en nuestros 30, ambas caminaríamos sobre terreno firme", introduce la cineasta nacida hace 36 años en Belo Horizonte (Minas Gerais, sureste).
Hija de militantes comunistas y nieta del fundador de una de las constructoras implicadas en el escándalo de corrupción Lava Jato (Andrade Gutierrez), Costa se alinea con la visión de que el impeachment fue un "golpe" de la élite político-empresarial para expulsar al Partido de los Trabajadores (PT) del poder y blindarse de las investigaciones.
Con un acceso privilegiado a los protagonistas y sus bastidores, Costa desmenuza los capítulos del juicio de destitución de Rousseff, así como la prisión de su mentor, el histórico líder de la izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en el marco de la operación Lava Jato.
"Aquí estamos, con una presidenta destituida, otro en prisión y una nación volviendo vertiginosamente a su pasado autoritario", resume al inicio del documental, que en dos horas alterna planos intimistas, imágenes de archivo y secuencias aéreas de la modernista Brasilia, centro del poder y de la crisis política.
Bolsonaro contraataca
Desde su estreno en febrero de 2019 en el Festival de Sundance, "Al filo de la democracia" cosechó elogios en el exterior y comentarios divididos en un Brasil polarizado.
Spike Lee, Wim Wenders, Queen Latifah, Caetano Veloso y Chico Buarque, entre otros, utilizaron las redes sociales para destacar su trabajo.
Bolsonaro, tras afirmar que el filme era una "porquería" y que no malgastaría su tiempo viéndolo, utilizó el órgano oficial de comunicación de la Presidencia para acusar a la cineasta de "difamar al país" y para rebatir en un video supuestas declaraciones "falsas" dadas por la cineasta a un canal estadunidense.
Costa no esconde su postura política (se muestra celebrando victorias del PT) y asume incluso haber eliminado digitalmente de una foto las armas que yacían junto a los cuerpos de dos militantes comunistas asesinados por la dictadura militar en 1976.
Según explicó a la revista Piauí, lo hizo para mostrar "una imagen más cercana a la probable 'verdad'", porque "fue ampliamente reconocido que la policía plantó armas alrededor de los cuerpos como una excusa para los asesinatos" de los militantes.
"En una época en que la extrema derecha se propaga como una epidemia, esperamos que esta película nos ayude a entender lo crucial de proteger nuestras democracias", afirmó al conocer la nominación.
Antes de este filme, Costa ya gozaba de un amplio reconocimiento por sus multipremiados documentales Elena (2012) y Olmo & the Seagull (2015).