Nueva York. Donald John Trump fue absuelto, y ante ello el acusado, bromeó (¿o no?) con ser presidente vitalicio, y por ahora es el primer mandatario impeached en buscar su reelección.
El veredicto final del tercer juicio político en la historia de Estados Unidos fue el pronosticado, cada bancada votó la línea de sus respectivos partidos, con una sola excepción. Con ello, el Senado, actuando como jurado, declaró “no culpable” al presidente.
El Senado votó cada uno de los dos cargos, abusó de poder y obstrucción del Congreso, con cada senador por orden alfabético declarando oralmente “culpable” o “no culpable”. El voto del primer cargo fue de 52 contra 48 por absolver al presidente, y solo un senador disidente de su partido, el republicano Mitt Romney.
El voto del segundo cargo fue de 53 contra 47 por exonerar al mandatario.
Se requerían dos tercios, o 67, de los 100 votos para condenar y destituir al presidente.
“Por lo tanto, es ordenado y adjudicado que Donald John Trump sea, y es ahora, absuelto de los cargos….”, proclamó el jefe de la Suprema Corte, John Roberts, quien presidió el juicio político, y así cayó el telón sobre este espectáculo.
A siete semanas de ser formalmente acusado con cargos que ameritan su destitución por la Cámara de Representantes (lo que se conoce como impeached), después de casi cinco meses de investigaciones, y casi tres semanas de juicio en el Senado, Trump fue exonerado a pesar de los pruebas abrumadoras presentadas en su contra.
Trump, quien siempre ha acusado que esto fue “una farsa” y parte de una “cacería de brujas” en su contra, y con sus aliados denunciando este esfuerzos como un intento demócrata para “revertir la previa elección e interferir en la próxima”, emitió una primera reacción al resultado tuiteando un meme que había usado anteriormente con su imagen y un calendario electoral de cada cuatro años en donde va ganando en perpetuidad (https://bit.ly/2Sm0yRV). No es la mejor imagen “democrática” en un sistema que sólo permite dos turnos al presidente.
En otro tuit, Trump anunció que hará una declaración pública formal acerca de “la Victoria de nuestro País sobre la farsa de impeachment”.
El caso en su contra giraba en torno del intento del presidente de presionar al nuevo gobierno de Ucrania a interferir en la dinámica de la elección presidencial estadunidense para beneficiar los intereses políticos de Trump, como su negativa a cooperar en la investigación del asunto por la cámara baja.
Trump fue calificado por los acusadores demócratas durante el juicio como alguien que se considera “por encima de la ley” al emplear “conducta corrupta” para beneficiarse políticamente, poniendo en riesgo la seguridad nacional, vulnerando el proceso electoral, y “traicionando” a su país.
De hecho, el equipo de diputados demócratas que actuó como fiscalía en el juicio advirtió hoy, en un artículo colectivo publicado en el Washington Post, que “el presidente no dejará de intentar hacer trampa en la próxima elección hasta que tenga éxito”. Afirmaron que no hubo un juicio real, y por lo tanto este veredicto no es legítimo.
La presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi, la demócrata más poderosa de Washington, declaró: “hoy el presidente y los republicanos del Senado han normalizado la ilegalidad y rechazo al sistema de equilibrios (entre los poderes) en nuestra Constitución”.
Pero el resultado de hoy refleja la realidad de que el juicio no es un proceso judicial, sino político. Y con la mayoría republicana controlando el “tribunal”, este fue el veredicto pronosticado casi desde el inicio del proceso.
El único disidente, Romney, quien fue el candidato presidencial republicano hace ocho años, había anunciado su intención poco antes, afirmando en una entrevista con Fox News que “es difícil para mí imaginar un ataque más serio sobre la Constitución y una república como la nuestra que decir que un presidente busca enlistar a un gobierno extranjero para corromper nuestras elecciones para mantenerse en el poder… Eso ocurre en autocracias de chatarra. Eso no ocurre en Estados Unidos de America”.
El voto de Romney no es sólo histórico -es el primer senador en votar contra un presidente de su propio partido en un juicio político- sino aún más importante en esa coyuntura le roba al presidente de su deseo de poder proclamar que fue un ejercicio partidista en su contra.
Al fin del día, Trump quien ha sido caracterizado como “el presidente más peligroso de los tiempos modernos” por varios legisladores demócratas y otros observadores, sale ileso y por ahora políticamente fortalecido al inicio de su campaña de reelección. En algunas encuestas recientes, y a pesar de lo revelado y declarado en su juicio, su nivel de aprobación ascendió a su nivel más alto desde que ocupó la Casa Blanca.
Todos esperan que Trump intensificará su ataque contra todo político que se atrevió a desafiarlo, sobre todo a sus ex colaboradores y sin duda Romney (hoy, uno de los hijos de Trump llamó por su expulsión del partido), y que retomará sin ningún sentido de autocrítica su forma de gobernar, algo que quedó claro con su discurso ante el Congreso el martes al rendir el informe presidencial -el cual estaba repleto de por lo menos 31 exageraciones, engaños y mentiras [https://wapo.st/2GWW92u]- que sirvió como el arranque de su reelección.