San Cristóbal de Las Casas, Chis. Cuatro reos tzotziles recluidos en los penales de San Cristóbal y Comitán iniciaron este miércoles un ayuno de tres días para exigir la revisión de sus expedientes que se encuentran en la llamada Mesa de Reconciliación y en el Juzgado Mixto de Bochil, y luego su liberación.
En un comunicado, dado a conocer en conferencia de prensa en las oficinas del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), los presos también exigieron que se respete su espacio de lucha en el interior de ambos penales hasta obtener su libertad; que cesen las “represalias y amenazas sicológicas del director del reclusorio de San Cristóbal, José Javier Sánchez Ríos y de la jueza María Guadalupe Flores Rocha, así como la dotación de medicamentos y atención médica en el área correspondiente.
Los presos que esta mañana iniciaron el ayuno de tres días son, Adrián Gómez Jiménez, acusado de secuestro, y los hermanos Germán y Abraham López Montejo, procesados por el delito de homicidio, que se encuentran presos en el penal de San Cristóbal.
Asimismo, Marcelino Ruiz Gómez, internado en el penal de Comitán por el delito de homicidio.
“Hoy, 5 de febrero, nos declaramos en huelga de hambre durante un periodo de tres días y culminaremos el viernes a las 18:00 horas para que las autoridades atiendan nuestras demandas”, dijeron en el comunicado dado a conocer este miércoles.
Los tres indígenas presos en el penal de San Cristóbal, que están en plantón adentro de las instalaciones desde mayo pasado, acusaron a su director, Sánchez Ríos de realizar diferentes actos “intimidatorios”.
Explicaron que el 13 de enero “nos cambió la corriente eléctrica que teníamos conectada en el área de Trabajo Social y nos lo conectó en una fuente de corriente que tiene más potencia”, lo que ocasionó que “se sobrecalentó nuestro cable, provocara un corto circuito y se quemara parte de nuestra lona y de una parte de una esponja”.
Agregaron que el 21 de enero, “mandó a sus elementos a revisar nuestros dormitorios en donde mantenemos el plantón pacífico. Al terminar la revisión dejaron todas nuestras cosas tiradas, nuestros papeles y documentos pisoteados. Entramos a reacomodar nuestras cosas y nos percatamos de que había desaparecido un billete de cien pesos que teníamos junto con unas monedas de a cinco pesos. El director lo hace para intimidarnos psicológicamente”.