Ciudad de México. El sonero Luis Ángel Silva Melón (1930-2016) “tenía de particular que cantaba diferente a todos”, expresa Luisito Martínez quien, junto con Mauro Enrique Chávez Gallina, fue de los pianistas que más tiempo trabajaron con el fundador del grupo Lobo y Melón (1958-1971). Colaborar con Melón fue “una dulzura, aparte de que siempre nos llevamos bien. Gozábamos”, agrega.
Entrevistado con motivo del cuarto aniversario luctuoso de Melón, el 7 de febrero, José Luis Martínez Contreras (Ciudad Mendoza, Veracruz, 1940), conocido como Luisito o Güicho en el ambiente sonero, lamenta que en la música tropical o afroantillana, sobre todo en estos últimos tiempos, no hay intérpretes, sobre todo mexicanos. Los que hubo se han ido. Tony Camargo (1926) radica en Mérida y ya no hay más, no han salido nuevos valores porque es muy fácil vivir copiando que hacer lo propio”.
Luisito, también arreglista y compositor, conoció a Melón en el carnaval de Alvarado, Veracruz, en 1968. En ese entonces tocaba la trompeta con la Sonora Veracruz. Recuerda que Melón tenía la pierna enyesada porque lo había atropellado una bicicleta. El timbalero Nicolás Alfonso El Cachorro, que iba en otro grupo, se fue a platicar con Melón que estaba recargado en una plataforma de tráiler. Éste le preguntó, “oye, ¿quién es ese de la trompeta?” “Es Güicho”.”Dile si se quiere venir”. “Así nos conocimos, dice Luisito.
Melón le propuso trabajar con él: “Te llamo porque va haber un movimiento aquí que se va a hacer”. Al poco tiempo, a finales de 1969, Luisito se trasladó a la Ciudad de México con la Sonora Veracruz, aunque ya como pianista. Al poco tiempo Melón lo mandó llamar otra vez mediante El Cachorro. De nuevo “me propuso trabajar con él. Lobo y Melón tenía una semana de haberse tronado. Melón estaba trabajando solo en el Zíngaro. Dijo, ‘quiero lanzarme a trabajar solo y necesito alguien que me acompañe’.
“Así estuvimos durante 27 o 28 años, algunas veces trabajábamos los dos solos, otras con una gran orquesta, otras con un grupo pequeño, aunque mayormente solos. Yo tocaba el piano y hacía el coro. Cuando Melón se fue a Estados Unidos en 1975 me dijo si me quería ir con él, sin embargo mis hijos estaban chiquitos. Cuando regresó a finales de 1986 me buscó para acompañarlo y así es como seguimos trabajando”.
Grabaron juntos cuatro discos de larga duración: Melón y el Gran Pasto (1974), Salsa con descarga. Melón y el Gran Pasto de Luisito Martí (1974), ambos en Discos Rex, Melón y Luisito (1984), en Estelaris, y Melón (1987), en Musart, en el que Luisito compartió los arreglos y dirección musical con Luis González Pérez.
Desarrollaron los siguientes proyectos juntos: La dulzura de lo amargo, espectáculo concebido en 1988 por Marcial Alejandro y Ernesto Márquez para el Salón Margo, en el que también participó en la dirección musical, Luis González Pérez; el viaje a Santiago de Cuba en 1994, patrocinado por la Dirección de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para alternar con soneros cubanos, y varios talleres de Son Cubano impartidos en el Centro Nacional de las Artes.