Ciudad de México. Para ciertos sectores de la población la pintura La revolución —en la que el artista Fabián Cháirez plasma una figura feminizada de Emiliano Zapata, desnudo y con tacones— representa “una aberración y una ofensa” porque “afecta una de las cuestiones más esenciales del ser humano: el sentido de identidad”.
Así lo aseguró el activista por los derechos LGBTTI Eugenio Echeverría en la mesa redonda Zapata y las reivindicaciones de género, efectuada este miércoles en el Museo Memoria y Tolerancia.
“Esa imagen es una ofensa (para muchos), pone en entredicho todo lo que ellos son, quieren ser y todo lo que creen. Esto sucede porque tambalea los cimientos sobre los que se construye su idea de hombría, su identidad en tanto persona, no necesariamente hombre o mujer, y tensiona una visión heterosexista y homófoba, lo cual cuestiona sus propias convicciones”, explicó.
“Por eso se han generado esas reacciones tan violentas y agresivas, porque en verdad afectan una de las cuestiones más esenciales del ser humano. No justifico, podríamos decir que esas personas tienen incapacidad para poder observar y empatizar con ese tour de identidades ajenas a las suyas”.
Esta mesa redonda fue organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a partir de las polémicas suscitadas por la inclusión de dicho cuadro en la muestra Emiliano: Zapata después de Zapata, que se mantiene en el Museo del Palacio de Bellas Artes hasta el 16 de febrero y la cual fue motivo de una gresca al interior de ese recinto entre campesinos e integrantes de la comunidad LGBTTI el pasado 10 de diciembre.
Con la participación en el acto también de la investigadora Coco Gutiérrez, especialista en estudio de género, Eugenio Echeverría indicó que la tensión y el enfrentamiento sociales provocados por la pintura de Cháirez tuvo que ver asimismo con que otro sectores de la población vieron en esa obra un reflejo de sus luchas.
“Evidentemente, para las personas que trabajamos desde la sexodisidencia ver a un zapata mariconizado, taconizado, de género fluido, no solo no representa una ofensa, sino es un guiño a nuestras luchas”, sostuvo.
Según el especialista, ante las reacciones sociales generadas por el cuadro de Cháirez es conveniente preguntarse “con qué motivación los artistas mariconizan a Zapata” y qué hay detrás.
“También sería interesante preguntarle al curador de la muestra por qué insertarlo en los movimientos sexodisidentes sabiendo que es justamente representante de lo contrario; y finamente, qué lleva al INBAL a especialmente resaltar esta cuestión que tiene que ver con género y disidencia sexogenérica, a qué tipo de cuota responde y si esta cuota es una cuestión demagógica o estructural”