Ciudad de México. En conferencia de prensa, Alfonso Ramírez Cuéllar, nombrado por un Congreso Nacional Extraordinario de Morena como presidente del partido, sostuvo que ante la estabilidad que ha generado el gobierno federal, Morena no puede convertirse en una “rémora” para la administración federal y un factor que provoque “inestabilidad política”.
El diputado con licencia ofreció una conferencia en la sede nacional de Morena en la colonia Viaducto Piedad de la Ciudad de México, para anunciar el impulso al Instituto Nacional de Formación Política del partido junto con Rafael Barajas, El Fisgón, director de este instituto.
Ramírez Cuéllar afirmó respetar a Yeidckol Polevnsky -quien, a su vez, ha insistido que se mantiene como presidenta de Morena- y llamó a darle vuelta a la página en el choque entre ambas corrientes y restablecer la institucionalidad del partido.
Reiteró que tiene toda la documentación legal que lo avala como presidente del partido, misma que presentará el jueves por la mañana ante los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), y explicó que podría ser este mismo mes cuando el órgano electoral resuelva su reconocimiento como dirigente, tras lo cual, dijo, se convertirá el partido en el principal soporte del gobierno de la República.
“Nosotros no seremos ninguna fuente de inestabilidad nacional. Al contrario, creo que uno de los grandes valores que en estos momentos tiene y existen en nuestro país, a partir de ahí el grado de aprobación del Ejecutivo federal, pues es este clima de estabilidad, y creo que sería un error muy grande que Morena siguiera siendo la rémora, siguiera convirtiéndose en un factor de inestabilidad política cuando la aportación más grande de nuestro presidente es que nuestro país está en una estabilidad y una convivencia política entre todas las fuerzas, donde hay diálogo y hay intercambio”, indicó.
Advirtió que si el partido sigue en “la barandilla, en los juzgados y en los tribunales”, ocasionando un desgaste para esta fuerza política, “entonces, lejos de que Morena se convierta en el principal apoyo y soporte de los cambios fundamentales que se están operando en el país, entonces Morena seguirá ausente, parece zombie, una rémora, con una crisis que ya es necesario parar”.
Descartó tener alguna opción en caso de que el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les niegue el reconocimiento, y apuntó que sólo tiene un “plan A”.
Confió en que los órganos electorales darán certeza “al mandato constitucional para garantizar la autodeterminación de los partidos políticos de darse sus propias reglas y de nombrarse a sus propios dirigentes. La historia nos ha enseñado que cuando el Tribunal o el Instituto nombran o imponen determinadas reglas y determinados dirigentes por encima de la opinión de las bases de la militancia, ahí se provoca una debacle de las instituciones partidarias”.