Nueva York. El proceso electoral presidencial estadunidense arrancó con un desastre. Más de 24 horas después de realizarse el primer ejercicio electoral entre candidatos presidenciales demócratas, aún no hay resultados finales por fallas técnicas provocando caos, desesperación, especulaciones de conspiración y burla.
Resultados parciales emitidos esta tarde indican que el senador democrático socialista Bernie Sanders y el alcalde Pete Buttigieg, un centrista, veterano militar y el primer candidato presidencial abiertamente gay, estaban ganando, pero aún más notable era que el candidato mayor de la cúpula del partido, el ex vicepresidente Joe Biden, está en cuarto lugar.
El proceso electoral interno del partido bajo las arcaicas reglas dieron resultados poco comprensibles donde, según cifras oficiales parciales, Sanders está ganando el voto popular, pero está empatado con Buttigieg en delegados; Elizabeth Warren está en tercero.
Siete de los once candidatos demócratas que buscan la nominación de su partido para enfrentar a Donald Trump en las elecciones generales de noviembre hicieron campaña en Iowa -el primer concurso de los 50 estatales y solo por eso su importancia exagerada- en que los contendientes buscan acumular los por lo menos mil 990 delegados que se requieren para capturar la nominación de su partido en la Convención Nacional en verano. Iowa solo otorga 41 delegados en total.
La noche del lunes todos los noticieros y observadores, y ciudadanos curiosos, se quedaron asombrados por la larga espera de resultados, hasta que después de horas se anunció que había fallas técnicas en un “app” como en el sistema de respaldo, para entregar los resultados de más de mil 600 sitios de votación.
Ante ello, llovieron no solo críticas -después de millones de dólares invertidos por las campañas, meses de trabajo, masiva cobertura de medios durante las últimas semanas y más-, resulta que el sistema se cayó. Algunos comentaristas aconsejaron que era hora para convocar a la Organización de Estados Americanos para intervenir; otros señalaron que es por una causa menor que está en el conteo, y se justificaron hasta golpes de Estado como en Bolivia.
Pero los que mas gozaron del autogol demócrata fue Trump y su equipo, que se burlaron de la incompetencia demócrata, declarando que la eleccion demócrata en Iowa es “un desastre… Nada funciona, igual como manejaron al país”.
Más preocupante que todo esto para los demócratas es que la tasa de participación -según números preliminares- en Iowa estuvo muy por debajo de los niveles esperados (mucho menos que los 240 mil en 2008), indicador clave ya que casi todo depende de una ola de participación popular en noviembre para derrotar al ocupante de la Casa Blanca.
El próximo martes, se realizará el siguiente concurso estatal en Nuevo Hampshire, y todos esperan que para entonces Iowa sea una lejana memoria.