El teórico de la cultura y de la literatura George Steiner falleció ayer en su casa de Cambridge, Inglaterra, a los 90 años.
El deceso fue confirmado por David Steiner, hijo del escritor de origen francés, polímata y teórico de la traducción, según el periódico The New York Times.
La extensa obra de Steiner, fallecido a unos días del 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, ‘‘a menudo trataba de la paradoja del poder moral de la literatura y su impotencia ante un acontecimiento como el Holocausto”, difunde el diario estadunidense.
La literatura de México tiene enorme futuro
Cuando George Steiner fue distinguido con el Premio Internacional Alfonso Reyes en 2007, expresó: ‘‘Considero mis libros como una forma de enseñanza. Recordemos que si uno no puede ser un gran creador, puede seguir enseñando el trabajo de los grandes creadores y ser amado por eso.
‘‘Yo soy el cartero, quien lleva las cartas de los grandes poetas y novelistas a otras personas”, se refirió al personaje que narra la relación entre el poeta Pablo Neruda y un mensajero.
Entonces mencionó que México es ‘‘una tierra muy vieja y muy joven al mismo tiempo. Su literatura y su español tienen enorme futuro, porque el mayor peligro en el mundo es la americanización. Y México es probablemente la resistencia más dinámica contra esa americanización. La arquitectura mexicana, su cultura, su música, ahora tienen una audiencia mundial”.
George Steiner (Neuilly-sur-Seine, 23 de abril de 1929) era un conocedor del francés, alemán e inglés, que fueron sus lenguas maternas; además, traducía del italiano, griego y latín. Obtuvo la licenciatura por la Universidad de Chicago, el máster de artes en Harvard y el doctorado en Oxford.
Sostenía, según The New York Times, que de esa vinculación con dichos idiomas surgieron ‘‘las principales preocupaciones de su vida pensante, entre ellas los oríge-nes del habla humana, el mitode la Torre de Babel y su significadopara la humanidad, los beneficios de estar en casa en diferen-tes idiomas, las verdaderas tareas del traductor y la superioridad de los escritores políglotas o, como él los llamaba, ‘extraterrito-riales’, entre ellos Samuel Beckett, Jorge Luis Borges y Vladi-mir Nabokov’’.
Defendió, como Bloom, el canon del arte occidental
Junto con Harold Bloom, quien murió el pasado octubre, Steiner ‘‘defendió el canon del arte occidental y se opuso a una procesión de movimientos críticos, desde la Nueva Crítica de los años 50 hasta el posestructuralismo y la deconstrucción de los años 60, cuyo advenimiento predijo en un primer ensayo, ‘El retiro de la palabra’”, menciona el diario.
Fue autor de unos 30 libros de ensayo y cuatro de narrativa, así como profesor emérito del Colegio Churchill de la Universidad de Cambridge desde 1961.
En su Lenguaje y silencio, escribió: ‘‘Mi propia conciencia está poseída por la erupción de la barbarie en la Europa moderna, por el asesinato en masa de los judíos y por la destrucción bajo el nazismo y el estalinismo de lo que trato de definir en algunos de estos ensayos como el genio particular del ‘humanismo centroeuropeo’’’.
En 1998, George Steiner expresó a La Jornada:
‘‘Me gustaría ser definido como un anarquista platónico. Para mí, el capitalismo que produce ese supermercado cultural es responsable de un gran pecado: intenta privar al hombre de las tentaciones del ideal. En el marxismo hubo un inmenso error que halagaba al hombre: tú serás más altruista, tú serás más justo. Un error terrible que ha llevado al infierno del despotismo, ¡pero al menos ese error tomaba en cuenta al hombre!
‘‘El sueño revolucionario tenía en mente al hombre. En el último párrafo de Literatura y revolución, Trotski habla de las montañas que son Goethe y Aristóteles y dice que ellas no representan sino el anuncio del hombre del futuro. Y ese hombre del futuro no es ni un campeón de futbol ni una diva que gana millones por minuto.”