Beijing. El Departamento de Salud de Filipinas informó el domingo de la primera muerte en el país relacionada con el nuevo virus que inició en China: un hombre chino de 44 años procedente de Wuhan.
El paciente fue internado el 25 de enero con fiebre, tos y ardor de garganta que se convirtió después en una pulmonía severa.
En sus últimos días de vida, “el paciente estuvo estable y había mostrado signos de mejoría, sin embargo, su salud se deterioró en sus últimas 24 horas resultando en su fallecimiento”, según el departamento.
La pareja de 38 años del paciente, también de Wuhan, dio positivo del virus y continuaba en aislamiento en un hospital en Filipinas, donde se convirtió en el segundo caso en el país.
Australia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y Vietnam reportaron el sábado nuevos casos. España confirmó su primer caso, el de un alemán que tuvo contacto cercano con una persona infectada en Alemania y después viajó a las islas Canarias con amigos. Cuatro amigos hospitalizados con el paciente no han acusado los síntomas.
Mientras que en China, la cifra de muertos en territorio nacional a causa del nuevo virus se elevó el domingo a 304 en medio de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud de que otros países necesitan estar preparados en caso de que la enfermedad se propague entre sus poblaciones luego a que más países reportan infecciones en sus territorios.
Por su parte, seis funcionarios de la ciudad de Huanggang, vecina a la de Wuhan _epicentro del nuevo virus_ en la provincia de Hubei, fueron despedidos por su “deficiente desempeño” en el manejo del brote.
El alcalde dijo que “la capacidad para atender a los pacientes sigue siendo inadecuada y hay una severa escasez de suministros médicos como trajes protectores y mascarillas médicas” en la ciudad.
Las estadísticas de la Comisión Nacional de Salud de China muestran un incremento de 45 en la cifra de fallecimientos y de 2 mil 590 en la de infectados para un total de 14 mil 380 casos, muy por arriba del número de personas infectadas en el brote de 2002-2003 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS por sus siglas en inglés) que inició en China antes de propagarse a nivel mundial.
Dado que el brote no ha dado señales de disminuir, las autoridades de Hubei y otras regiones han extendido el periodo de asueto por el año nuevo lunar, que estaba programado por terminar esta semana, hasta mediados de febrero. Se cree que la aglomeración anual de millones de viajeros que regresan de sus lugares de origen a las ciudades represente una mayor amenaza de infecciones secundarias en un momento en que las autoridades están exhortando a la población a evitar las reuniones públicas.
Todas las escuelas de Hubei pospondrán el inicio del nuevo semestre de clases hasta nuevo aviso y los estudiantes de otras partes que visitaron la provincia tampoco acudirán a clases.
Lejos de ahí, en la costa del sureste de China, el cetro manufacturero de Wenzhou postergó la apertura de las oficinas gubernamentales hasta el 9 de febrero, los negocios privados hasta el 17 de febrero y las escuelas hasta el 1 de marzo.
Con una población de aproximadamente 10 millones de personas, Wenzhou ha reportado 241 casos confirmados del virus, lo que representa uno de los niveles más altos fuera de Hubei. Medidas similares han sido anunciadas en las provincias y ciudades de Heilongjiang, Shandong, Guizhou, Hebei y Hunan, mientras que las agencias de las metrópolis de Shanghái y Beijing se encuentran en cierre indefinido dependiendo de los acontecimientos.
A pesar de haber impuesto severas restricciones de viaje a nivel nacional, China ha expresado su malestar por las medidas adoptadas en otros países y criticó la orden emitida por Washington de prohibir el ingreso a Estados Unidos a la mayoría de los viajeros no estadounidenses que haya visitado China en las últimas dos semanas. Además de manchar la reputación de China en el extranjero, tales medidas podrían empeorar una economía nacional que de antemano crece a su índice más bajo en décadas.
Se trata de la crisis más reciente que enfrenta el presidente chino Xi Jinping, quien ha sido asolado por meses de protestas antigubernamentales en la ciudad china semiautónoma de Hong Kong, la reelección del presidente separatista de Taiwán y las críticas por las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang, territorio noroccidental tradicionalmente musulmán. En lo económico, Xi enfrenta un crecimiento drásticamente lento a nivel nacional mientras que la guerra de aranceles con Estados Unidos sigue sin resolverse en su mayoría.
El primer ministro australiano Scott Morrison anunció el sábado medidas similares después de Japón y Singapur.
Corea del Sur e India evacuaron en aviones a centenares de sus ciudadanos en Wuhan, la ciudad ubicada al centro de una zona a la que se ha aislado porque no se permite la salida a unos 50 millones de personas en una medida radical para impedir la propagación del virus. Las personas evacuadas fueron puestas en una cuarentena de dos semanas. Indonesia también envió un avión.
Debido a la veloz propagación del virus en dos meses, la Organización Mundial de la Salud declaró el jueves una emergencia global.
Esa declaración “activó el interruptor” de una actitud de cautela a recomendar a los gobiernos prepararse ante una posible propagación del virus, dijo el representante de la OMS en Beijing, Gauden Galea. La mayoría de los casos reportados a la fecha corresponde a personas que visitaron China o a miembros de sus familias.