Las autoridades mexicanas, al ejercer o llevar a cabo acciones de control migratorio, deben asegurarse de que las personas en situación de movilidad tengan información sobre la posibilidad de solicitar asilo, de acuerdo con el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Mark Manly.
Lo anterior, expresó el funcionario a La Jornada el martes pasado, debido a que un alto porcentaje de las personas que habían llegado en días recientes a la frontera sur huyen de la violencia.
Una encuesta realizada por el equipo del Acnur en Guatemala, en la que entrevistó a casi 300 personas en 160 familias o grupos que cruzaron ese país en tres días, es decir del 15 al 17 de enero, revela que 50 por ciento piensa solicitar asilo en el país de destino. La gran mayoría de los encuestados eran de Honduras.
Al desglosar por países a las personas en situación de movilidad que pretendían solicitar protección internacional, el estudio detalla que 76 por ciento tenía intención de hacerlo en Estados Unidos; 23 en México y 6 por ciento en Guatemala.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, 29 por ciento de las familias reportaron haber sufrido o presenciado un incidente en sus países de origen, intimidación o amenazas, violencia física, asesinatos, tortura o violación.
En el documento Monitoreo de protección. Movimientos mixtos en el norte de Centroamérica se muestra que una de cada cinco personas tiene necesidades específicas. Se encontró que 15 por ciento de niños y niñas viajaron sin acompañamiento o separados de sus familiares.
Mark Manly explicó que entre la población que llega al país por la frontera sur hay un perfil muy claro de refugiados y es importante que tengan acceso al procedimiento de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
La Ley de Refugiados de 2011, en vigor, establece que la persona que solicite la condición de refugiado debe permanecer en el estado donde realizó la petición. Lo anterior hace que existan localidades como Tapachula, Palenque o Tenosique con alto número de peticionarios.
Para el Acnur lo más importante es que la Comar tenga la capacidad para recibir, registrar las solicitudes y tramitarlas cuanto antes. Desde hace más de un año ha trabajado con esta dependencia en esta línea.
Una vez que una persona es reconocida como refugiada y tiene documentos de residencia permanente, la mayoría quiere ir a ciudades del centro y norte del país, donde tienen mejores opciones laborales y en algunos casos vínculos de apoyo.
Es importante tener claro que una persona que llega a México necesita ayuda adicional para asegurarse de su exitosa integración. El año pasado, indicó el representante del Acnur, apoyamos a más de 5 mil personas a incorporarse en la ciudad de acogida. Hemos visto que personas en edad económicamente activa se insertan en el mercado laboral formal, empiezan el pago de impuestos, sus hijos van al colegio y luego comienzan a contribuir a la sociedad y la economía mexicana.
Además, las contribuciones al IMSS o por pago de IVA de las personas que apoya el Acnur en materia laboral aportan más a México que el costo del presupuesto de la Comar.
