En México no parece posible construir la paz, no sólo porque vivimos en un país en guerra y extremadamente violento, sino porque la educación de nuestros niños en la violencia es y ha sido la forma de hacerlos pensar y responder frente a los problemas, dijo la escritora Sara Sefchovich en la inauguración de la Cátedra Mahatma Gandhi en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Es así como ese recinto universitario se suma a las 15 instituciones educativas en el país donde se realizarán actividades académicas especializadas en la cultura de la paz y la no violencia, para preservar el legado del líder indio, asesinado el 30 de enero de 1948.
Previo al inicio de la charla en la que participaron especialistas en la vida y obra de Gandhi, el público y los ponentes ofrecieron dos minutos de silencio, seguidos de aplausos, en memoria de quien fuera el dirigente más destacado del movimiento de independencia indio contra el Raj británico, con acciones como la desobediencia civil no violenta.
“La sociedad mexicana ha generado en los niños, no hoy, sino siempre, la idea de que la mejor forma de resolver todo en la vida es con agresión, y si no me lo creen, vean alrededor”, continuó Sefchovich, “vean cómo los padres se llevan con sus hijos, vean cómo los maestros les enseñan a los alumnos, cómo los niños hacen bullying a los niños, cómo lastiman a los perros, cómo los vecinos están esperando cómo se agandallan o hacen un chisme, cómo cualquiera que maneja un coche se le cierra a otro o atropella a alguien, cómo todo mundo tira la basura donde sea y se acaba el agua que debía ser para todos.
“Gandhi decía que si comemos de más se lo estamos quitando a otros, pero nos la vivimos haciendo acciones violentas de las que probablemente ya ni cuenta nos damos, eso es lo que aprenden nuestros niños, eso es lo que ha reproducido la violencia en México durante mucho tiempo y eso es lo que hoy la ha hecho crecer a los niveles en donde está.
“Por eso, cuando hablamos de violencia, no quiero hablar de la delincuencia organizada, la del robo en la esquina o la del niño asesino en Torreón. No. Hablemos nada más de todos los pequeños actos de violencia que vivimos cotidianamente.
“Nuestra violencia tienen una larga historia que empieza en una colonia, sigue con caciques mandones, continúa con policías corruptos, gobernantes prepotentes, padres y maestros que se la pasan amenazando y castigando y, por supuesto, también tiene que ver con el incumplimiento histórico por parte del Estado mexicano de funciones que tendría que asumir: ¿dónde están las guarderías, los parques, la recolección de basura, el alumbrado público, el transporte?
“Ninguna familia de las más amoladas cuenta con eso, entonces, ¿qué puede hacer una mamá con dos hijos, que trabaja en una maquiladora? Dejarlos para que se las arreglen como puedan. ¿Qué puede hacer un hombre que consigue un trabajo que está tan lejos de su casa que no puede llegar en las noches a ver a su familia? Pues la abandona, ¿qué otra cosa le queda?
“¿Qué pueden hacer jóvenes a los que no les interesa estudiar ni tienen para qué trabajar? Simplemente se agrupan en pandillas. No tiene que ver con que sean malos o buenos los papás. Tiene que ver con toda una sociedad que no ha podido crear condiciones para que las personas no sean violentas ni para que a un joven le parezca que estudiar y trabajar vale la pena. ¿Para qué? Si con el delito obtienen más y, como dicen ellos, 'además es menos aburrido'.
“La violencia la hacemos también las buenas personas sin darnos cuenta, por el desinterés que tenemos, tanto los ciudadanos, como todos los sectores del poder. A nadie le interesa darle satisfacción a las necesidades del otro.
“Estamos en un país en el que no hay forma, por ahora, de que se quite esa violencia, y no la hay porque es una cuestión histórica en la que hemos sido maltratados tanto por las autoridades, como por nuestra propia educación. ¿Qué podemos hacer? ¿En qué consistirá una lucha para realmente construir la paz?
“Si pensamos que a partir de las propuestas de Gandhi es posible construir la paz, ojalá sea cierto, gracias a personas como las que participan en ésta cátedra. Comencemos, si no, nos vamos a tardar más. Perseveremos”, concluyó la escritora.
En la inauguración de la Cátedra Mahatma Gandhi participaron también el embajador de India en México Manpreet Vohra, Cuauhtémoc Cárdenas, Martha Delgado, Pietro Ameglio, Sonia Deotto (representante de la Universidad Gujarat Vidyapith, que fue fundada por Mahatma Gandhi en 1920), Tania Ramírez y Eduardo Vázquez Martin, coordinador ejecutivo del Mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso.