Oswiecim. Setenta y cinco años después de la liberación de Auschwitz, sobrevivientes del Holocausto se congregaron ayer en este lugar del sur de Polonia para honrar a los más de 1.1 millones de víctimas, principalmente judíos, en medio de una gran preocupación por el resurgimiento del antisemitismo.
Unos 200 sobrevivientes asistieron, judíos y no judíos mayores que viajaron desde Israel, Estados Unidos, Australia, Perú, Rusia y Eslovenia. Muchos perdieron padres y abuelos en Auschwitz u otros campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero los acompañaron hijos, nietos e incluso bisnietos.
Algunos lucieron las bufandas y los uniformes estampados con rayas azules y blancas que se usaban en el campo de la muerte construido por los nazis en Oswiecim, en la entonces Polonia ocupada.
Miembros de la realeza, presidentes y primeros ministros de 60 países, aunque no los líderes de las grandes potencias, se reunieron ayer con el grupo de sobrevivientes.
Auschwitz no cayó súbitamente del cielo, fue avanzando poco a poco hasta llegar a lo que sucedió
, afirmó Marian Turski, de 93 años, judía polaca sobreviviente del campo de concentración, que pidió vigilancia ante la violación de los derechos de las minorías, para salvaguardar la democracia y prevenir el genocidio.
Desde mediados de 1942, los nazis enviaron de manera sistemática a los judíos de toda Europa a seis campos de exterminio: Auschwitz-Birkenau, Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor y Treblinka.
El mundo se enteró de los horrores después de la entrada del ejército rojo en el campo el 27 de enero de 1945. Los aliados tuvieron información detallada sobre el genocidio de los judíos mucho antes, pero descartaron los informes enviados por el gobierno polaco en el exilio.}