Nueva York. Los diputados designados como fiscales en el juicio político para la condena y destitución de Donald Trump concluyeron esta noche con la presentación de su caso contra un presidente a quien declararon una amenaza a la democracia de Estados Unidos.
Pero con la percepción de que este juicio concluirá con la exoneración de un presidente que ha sido declarado como “un rey” quien cree estar por “encima de la ley”, hay múltiples indicaciones de que no hay un intenso interés público en este drama constitucional. Y algunos sospechan que ese es justo el deseo de los estrategas del presidente y el liderazgo republicano.
Después de casi 24 horas a lo largo de tres días de la presentación minuciosa y devastadora de la evidencia sobre la cual se formularon los dos cargos -abuso de poder y obstrucción del Congreso- por el equipo de siete diputados demócratas ante un Senado transformado en tribunal, es casi imposible concluir que el presidente no es culpable.
El presidente amenaza el futuro de la república si no es destituido inmediatamente de su puesto, repitieron los diputados-fiscales. Adam Schiff, el jefe de los diputados-fiscales, declaró que Donald Trump “permanece como una amenaza a la seguridad nacional y la Constitución”, y “una amenaza inminente a la integridad de nuestra democracia”.
Resumieron otra vez las acciones “corruptas” de Trump y su equipo de invitar la interferencia de un poder extranjero en las elecciones estadunidenses para su beneficio político personal, “traicionando” el interés nacional, y después obstruir la investigación sobre su conducta con un desafío sin precedente, e inconstitucional, del Congreso.
El diputado-fiscal Jerrold Nadler, concluyó una extensa elaboración de los cargos y sobre todo las acciones del mandatario y su equipo para obstruir la investigación del Congreso, declarando que el presidente ha mostrado “que desea ser todo poderoso. Es un dictador. Eso no puede tolerarse”.
Nadler señaló que Trump es el primer político en la historia de de la nación que afirma “que nadie lo puede investigar… que está por encima de la ley”. Detalló como, igual que Richard Nixon, Trump intentó “ocultar la evidencia… encubrir su conducta”. Nadler y sus colegas recordaron que Trump ha afirmado que “tengo el derecho de hacer lo que quiera como presidente”.
La diputada-fiscal Zoe Lofgren señalo que Nixon fue más transparente que Trump. La diputada fiscal Sylvia Garcia aseveró que Trump realizó un encubrimiento sin precedente al ocultar evidencia clave en la investigación.
La diputada-fiscal Val Demmings recordó que Trump se atrevió a amenazar y descalificar a sus acusadores o aquellos que se atrevieron a testificar contra sus órdenes, recordó que llamó al informante oficial que divulgó la llamada telefónica presidencial con su contraparte ucraniana que detonó la investigación “un espía”, denunciándolo más de 100 veces. Más aún, atacó a varios testigos, cuestionando hasta la lealtad de un veterano de guerra. Todo parte, comentó ante los senadores que tienen la función de ser el jurado, de “un intento de intimidación de testigos para obstruir la investigación… toda esta obstrucción amerita su destitución”, concluyó.
Pero a pesar de todo esto, sin alguna sorpresa, alguna revelación de algo tan escandalosamente ilegal que no se pueda justificar, las abrumadoras pruebas no serán suficiente para expulsar a Trump de la Casa Blanca, ya que la mayoría republicana acabará absolviendo al presidente.
Se requiere el voto de 67 de los 100 senadores para condenar y destituir al presidente -los 47 demócratas (incluyendo dos independientes) necesitarían 20 republicanos para lograrlo.
Por cierto, Trump continuó hoy descalificando el juicio, y acusando a sus acusadores de “decir tantas mentiras, tantas fabricaciones, tanta exageración… y esto no amerita el impeachment”, insistió.
El juicio ahora procede a la presentación de la defensa de Trump que iniciará este sábado, con el equipo de abogados del presidente presentado sus argumentos durante un periodo de 24 horas a lo largo de tres días.
Varios comentaristas y observadores han expresado su desilusión con todo esto. David Simon, periodista y famoso creador de series claves para entender este país como The Wire y Treme, comentó que Schiff y sus colegas hicieron bien su tarea, y la evidencia es sólida comprobando el caso contra Trump “pero no importa para nada. Las ideas no importan. La ética ha muerto. El discurso fracasa. Un gobierno por y para el pueblo se está desvaneciendo… y un experimento sorprendentemente frágil se acaba con un gemido”.