Miami. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "sigue firmemente comprometido" a sacar del poder al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el jueves el secretario de Estado, Mike Pompeo.
El jefe de la diplomacia estadunidense dijo que el gobierno de Trump, que considera fraudulenta la reelección de Maduro en mayo de 2018, "de ninguna manera" abandonó sus esfuerzos para desalojar al mandatario venezolano de un cargo que según Washington detenta de manera ilegítima.
"Estamos trabajando para restaurar la democracia en Venezuela", dijo Pompeo a la emisora WFLA Orlando.
"El presidente Trump sigue firmemente comprometido con eso", agregó. "Maduro ha destruido ese país".
Estados Unidos apoya en ese sentido la lucha del líder opositor venezolano Juan Guaidó, a quien reconoce como presidente interino de Venezuela.
Pompeo fue consultado sobre el tema al cumplirse este jueves un año de que, en su condición de jefe parlamentario, Guaidó invocara la Constitución y se declarara presidente encargado con miras a encabezar un gobierno de transición y organizar nuevas elecciones.
Guaidó es reconocido por más de 50 países, pero "el dictador" Maduro sigue en el poder, dijo el periodista Bud Hedinger, del programa Good Morning Orlando. "¿Renunció Estados Unidos a tratar de desalojar a Maduro?", le preguntó a Pompeo.
"De ninguna manera", respondió el secretario de Estado, quien dijo que tuvo el "privilegio" de reunirse con Guaidó el lunes en Colombia.
Guaidó "está trabajando para llevar adelante lo que el pueblo venezolano exige. Solo quieren libertad y democracia", afirmó.
Pompeo, que culminó el miércoles una gira por Latinoamérica y el Caribe en la que la situación en Venezuela estuvo muy presente, se reunió esta mañana en Miami con exiliados venezolanos opositores a Maduro.
"Hablamos de la amenaza de seguridad que supone el régimen de Maduro para Estados Unidos", dijo Gustavo Garagorry, que preside el VARC (Club Republicano Venezolano Americano).
El secretario de Estado dará esta tarde un discurso sobre la política exterior de Trump en la pequeña ciudad de Bushnell, Florida.