Washington. Estados Unidos reportó ayer su primer caso de un nuevo coronavirus potencialmente mortal que se ha propagado en China: un residente del estado de Washington que regresó la semana pasada de la provincia de Wuhan, epicentro del brote de la enfermedad, y quien fue hospitalizado cerca de la ciudad de Seattle.
China anunció nuevos casos en menos de 24 horas, con lo que son 440 los enfermos confirmados en el país. Nueve personas han muerto a causa del virus que apareció en diciembre entre trabajadores de un mercado mayorista de mariscos y pescado, y cuyo origen exacto se desconoce.
Sin embargo, científicos externaron su preocupación de que las cifras reales sean mucho mayores. Utilizando datos de población y viajes internacionales, los investigadores del Centro MRC de Análisis de Enfermedades Infecciosas Globales del London Imperial College estimaron que había más de mil 700 casos en Wuhan de diciembre al 16 de enero. Las autoridades chinas informaron sólo 41 casos en el mismo periodo.
Li Bin, viceministra de la Comisión Nacional de Salud de China, alertó que el coronavirus podría mutar y contagiarse más rápido.
Se han registrado casos en Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán, y numerosos países con vuelos directos o indirectos a la provincia de Wuhan han reforzado los controles de pasajeros, recordando las enseñanzas de la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés) de 2002 y 2003, un virus de la misma familia que el actual.
La ansiedad creció luego de que el gobierno chino anunció el lunes que el nuevo coronavirus (2019-nCoV), que causa síntomas similares a la neumonía, se puede transmitir entre humanos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el coronavirus probablemente se seguirá extendiendo en China, donde se originó, y a otras naciones en los próximos días.
La médica Nathalie MacDermott, del King’s College de Londres, apuntó que basta con que la persona infectada tosa o estornude en un avión para que el virus se contagie y llegue a otro continente.
Estados Unidos reportó que un hombre de unos 30 años que llegó el 15 de enero a Seattle contrajo el virus, lo que activó las alarmas epidemiológicas en América.
El enfermo no visitó ninguno de los mercados de Wuhan, pero sí viajó a esa región, informaron autoridades sanitarias. No tenía fiebre a su llegada a Estados Unidos, pero contactó a los servicios sanitarios el domingo 19 tras la aparición de los primeros síntomas.
Prevemos otros casos en Estados Unidos y en el mundo
, avisó Nancy Messonnier, directora del departamento de enfermedades respiratorias de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades del país. Pero el riesgo para los estadunidenses sigue siendo bajo a estas alturas
, aclaró.
Pekín anunció ayer que eleva la epidemia a la misma categoría que el SARS. El aislamiento se convierte así en obligatorio para las personas a las que se les haya diagnosticado la enfermedad. No se descarta que se decreten medidas de cuarentena.
Unos 922 pacientes están en observación en hospitales chinos, informaron las autoridades sanitarias. Wang Guangfa, uno de los médicos de la Comisión Nacional de la Salud que estudiaban la epidemia, contrajo la enfermedad.
Los cubrebocas se agotaron y se impuso el control de la temperatura corporal en aeropuertos y estaciones ferroviarias del país, pues se teme que el virus se propague rápidamente durante las vacaciones del Año Nuevo lunar –que se celebra este fin de semana– por los desplazamientos masivos.
La OMS se reunirá hoy para determinar si es necesario declarar emergencia de salud pública de alcance internacional
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Las autoridades tailandesas colocaron en los aeropuertos de Bang-kok, Chiang Mai, Phuket y Krabi sensores térmicos para detectar pasajeros con fiebre procedentes de zonas chinas de riesgo.
También se reforzó la vigilancia sanitaria en aeropuertos de Japón, Australia, Bangladesh, Nepal, Singapur, Malasia, Vietnam, India, Hong Kong y Estados Unidos.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, sostuvo que el país debe aumentar los niveles de precaución, ya que el número de pacientes continúa aumentando en China
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Las enormes fronteras terrestres de China son también objeto de controles minuciosos.
Científicos explicaron que el nombre de coronavirus se debe a su forma circular. El término proviene del latín y se refiere a aureolas o coronas.