Ciudad de México. Los daños a un auto pueden pagarse hasta cinco veces más que las lesiones o las vidas en México. Así, los bajos incentivos económicos y una laxa regulación para el mercado interno resultan en que no se invierta en seguridad vial, pese a que el país maneja los más altos estándares en los vehículos que exporta, indicó Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP.
"La industria mexicana tiene potencial de cumplir con las normativas más exigentes desde el punto de vista técnico y sus acuerdos comerciales ayudan a sustentar a largo plazo esta decisión", exhibe un análisis que el proyecto NCAP -que prueba qué tan seguros son los vehículos en el mercado- elaborado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Hay regulación en México para garantizar una mayor seguridad en vehículos nuevos, como la Norma Oficial Mexicana (NOM) NOM-194-SCFI-2015 que opera desde noviembre pasado, pero "hay una carencia de control de cumplimiento", abundó Furas.
El rezago en cuanto a seguridad se da en toda la América Latina, prácticamente de manera homogénea se ha quedado al margen de 17 normas en seguridad que promueve la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En un seguro estándar de México, denunció Furas, se pagan las lesiones o incluso una muerte en 4 o 5 mil dólares, mientras el daño del vehículo puede pagarse hasta los 28 mil dólares.
Esto descompensa con los 800 mil euros en que está tasada una vida en la Unión Europea y que lleva a la iniciativa privada en bloque a invertir en seguridad -y apegarse a las recomendaciones de la ONU- a fin de evitar mayores costos monetarios.
Furas llamó a que sea desde las gobiernos que se incentive una política más estricta en seguridad. Incluso exhortó a que en el ámbito legislativo se endurezca la regulación, pero que no sean en mesas de trabajo con la asociación nacional de fabricadores -en el caso mexicano es la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz-, sino con cada productor.
El estudio, presentado por Amado Crotte, especialista senior de transporte del BID, abunda en que el número de vidas que podrían salvarse de incoporar mayores regulaciones, que cada auto obtenga una validación y con ello se promocione en el mercado, reduciría en 28 por ciento las fatalidades por siniestros viales en México, es decir, 5 mil 627 muertes menos por año.
El investigar también recalcó el impacto fiscal de incorporar tecnologías que disminuyen la probabilidad de mortalidad y morbilidad asociada a siniestros de tránsito. Se esperaría un crecimiento económico de 0.5 por ciento del PIB, el pronóstico más reservado apunta a 1.2 por ciento, el menor a 0.4 por ciento por menores incidentes y mayor comercialización.