Sao Paulo. En una sentencia divulgada el jueves pasado, el juez Jerónimo Azambuja Franco Neto, de un tribunal laboral de Sao Paulo, escribió que Brasil vive una "mierdocracia neoliberal neofascista" e ilustró sus palabras refiriéndose de forma crítica, uno a uno, a varios de los ministros del gabinete del ultraderechista Jair Bolsonaro.
El abogado general del Estado, André Mendonça, dijo que las palabras utilizadas violan el Código de Ética del Poder Judicial y que la Abogacía General de la Unión -representación legal del gobierno brasileño- presentará un recurso ante el Consejo Nacional de Justicia.
"El lenguaje utilizado en la sentencia -característico de un militante partidario y no de un juez- huye de la técnica jurídica", escribió Mendonça en Twitter.
El Instituto Nacional de Abogacía (Inad), que representa al gremio, acudió este lunes a dicho consejo pidiendo una pena disciplinaria, sin descartar el retiro forzado.
"Está terminantemente prohibido usar palabras ofensivas dentro de los documentos, sea para referirse a un hecho o a una persona", argumentaron los abogados en el recurso.
Agrega el texto que Franco Neto "atacó de forma cobarde a cinco autoridades públicas", en referencia al párrafo en el que el juez señala a Bolsonaro y a los ministros de Educación (Abraham Weintraub), Justicia (Sergio Moro), Economía (Paulo Guedes) y Mujer y Derechos Humanos (Damares Alves).
En la sentencia del jueves, Franco Neto condenó a un restaurante a indemnizar a empleados con 10 mil reales (unos 2 mil 390 dólares) por daños morales, y también a comprobar que los mismos están recibiendo un salario acorde a lo establecido por ley, así como beneficios laborales.
El juez apuntó que el ministro de Educación escribe con errores ortográficos, el ministro de Justicia fue cuestionado públicamente, el ministro de Economía "amenaza" con decretos dictatoriales, la ministra de la Mujer, Derechos Humanos y Familia "defiende la abstinencia sexual como política pública" y el presidente Bolsonaro "es acusado de incitación al genocidio indígena en la Corte Penal Internacional".
"Creo que las palabras anteriores aclaran lo que yo llamo mierdocracia, eso, poder a las mierdas", agregó el juez.