Ciudad de México. Aunque está concebido como un juego de rol y se vale de situaciones y personajes fantásticos, La legión de los enanos es un montaje “fuerte y crudo” que en el trasfondo habla de la devastación del mundo contemporáneo, afirma Luis Martín Solís, su director escénico.
Destinada al público infantil de entre 6 y 13 años, está pieza será escenificada en el Complejo Cultural Los Pinos los sábados y domingos 25 y 26 de enero, así como 1 y 2 de febrero, a las 13:30 horas.
Ello, luego de haberse presentado en diciembre pasado en el contexto de las celebraciones del 25 aniversario del Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde fue estrenada en 1996.
Escrita por Maribel Carrasco, es una obra multidisciplinaria e interactiva en la que 400 niños pasan de ser espectadores a protagonistas de una historia de ficción llena de seres fantásticos, música, canto, danza y aventuras en la que deben recuperar una joya para salvar al planeta de estallar.
“Como en todo los juegos de rol, este montaje se presenta como una ficción, pero en realidad hablamos de lo que ha sido la historia del mundo desde mediados del siglo pasado hasta la fecha, con sus escenarios de guerra, crueldad, hambre y devastación ecológica”, explica Luis Martín Solís.
“Los niños no saben de qué se les está hablando, porque todos los lugares tienen nombres inventados, sin embargo los adultos están claros de que todas esas historias son reales”.
En entrevista, el director resalta que esta propuesta escénica --en la que participa un equipo creativo de 20 artistas, entre actores, cantantes, músicos y bailarines-- no da la espalda a la realidad ni pretende obviar lo catastrófico del mundo, si bien se plantea desde el juego y lo poético.
“Es una obra fuerte y dura, más realista que cruda. Hay balance entre lo cómico y fársico con escenas de alto nivel emotivo y llenas de poesía. Es una tragedia contemporánea vista y contada desde el juego y el humor negro, lo cual permite una liberación”, señala.
Destaca que uno de los aspectos de La legión de los enanos es hacer evidente a los participantes la mentira de que el bien siempre triunfa, así como que se les está heredando un mundo muy feo pero que no hay otro y que a ellos les toca ver qué van a hacer con él.
“Tienen que ser conscientes de que el bien y el mal son caras de una misma moneda y que el lado hacia el que vamos depende de nosotros. Es algo fuerte, pero también hay posibilidades, esperanzas y, sobre todo, se debe tener un entendimientos de estrategias”.
El creador escénico adelanta que en el Complejo Cultural Los Pinos se utilizarán más los espacios abiertos y boscosos que los arquitectónicos y recuerda que la dinámica consiste en crear nueve comandos de más de 40 infantes que deberán recorrer por función cuatro de las siete regiones que conforman el juego.
Los niños interesados en participar deberán llegar a ese espacio cultural al menos con media hora de anticipación.