Cuernavaca, Mor. Unos 10 artesanos, que vendían sus artículos en la entrada de la catedral de Cuernavaca, se instalaron esta mañana en la entrada principal del ayuntamiento municipal, para para vender y demandar al alcalde Antonio Villalobos, su reinstalación en el espacio en el que han vendido durante más de 20 años.
Policías e inspectores los retiraron de ese lugar el pasado 24 de diciembre, pero, en cambio, dejaron a otros.
“Hemos tratado de hablar con el presidente y dice que no, que él ya dijo que no les va dar permiso, y que no quiere hablar con ellos”; aseguró Juan Juárez Rivas, presidente del Colegio Morelense de Abogados, organismo al que los artesanos pidieron apoyo solidadario.
Ante esta situación, agregó Juárez Rivas, que interpusieron una queja el pasado 16 de enero ante la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM), porque el edil de Cuernavaca está violando los derechos humanos de los artesanos consagrados en el artículo primero de la constitución de este país.
“Él como presidente municipal debe de ser promotor y defensor de los derechos humanos, pero el señor presidente es un ignorante y además violador de derechos humanos”, aseveró.
Los artesanos solicitan a la CDHM que cite al edil para conciliar y para que estas mujeres y hombres vendan sus artesanías afuera de la catedral.
“Los señoras venden servilletas, bolsas y blusas bordadas por ellas; los señores venden bules que traen del cerro; artículos de madera que elaboran con su manos; artesanías de hilo. Son gente que han trabajo por muchos años allí”, dijo el abogado.
El jueves los artesanos solicitaron una audiencia con el alcalde pero, según el representante legal, el político casi les echa la camioneta encima. “El señor es muy arrogante, desprecia los pobres; esta gente vive de eso y tiene que respetarse su trabajo”.
De igual manera, fueron echados de ese sitio, un grupo de pintores que hacían retratos y pinturas los fines de semana.
“Queremos que respete el trabajo de estas personas, de acuerdo al artículo quinto de la Constitución , ellos pueden dedicarse a esta actividad comercial-artesanal. Si él (el alcalde) quiere que se vayan, que acuda con un juez, y que el juez le dé una orden; ese es el debido proceso, pero para ellos es más rápido patear a los artesanos”, concluyó.
Los artesanos llegaron a la puerta del ayuntamiento alrededor de las 10 de la mañana, tiempo local, y ahí se mantuvieron hasta las 14:00 horas.