Montfermeil, Francia. "¡Es un orgullo!". En las calles de Montfermeil, donde se rodó "Los Miserables" de Ladj Ly, los habitantes exultan de alegría al ver a esta película, que ofrece una cruda mirada de los suburbios de París, seleccionada para los Óscar.
"¡Ahora los americanos podrán contactarnos!", dice entre risas Clément, mientras recorre el mercado de este suburbio a las afueras de París cerca de Clichy-sous-Bois, mecha de la revuelta urbana que estalló en 2005 en Francia.
"Nos da mucho gusto que vaya a los Óscar. Hace mucho tiempo que Ladj hace esto, al comienzo filmaba con su móvil", añade este hombre de 35 años que participó como figurante en el largometraje francés.
En el pequeño mercado de Montfermeil, muchos han escuchado hablar del filme y conocen la historia de su director, hijo de padres malienses, de 40 años, que creció en esta ciudad.
Los miserables, en alusión al libro de Victor Hugo, retrata las tensiones latentes entre los policías que imponen la ley a su manera en los suburbios y los jóvenes que compensan su falta de perspectivas a base de rebeldía. Hasta el día en que el vaso se desborda y estalla la violencia.
La película, aclamada por la crítica y premiada en Cannes, pasó el lunes una nueva etapa: fue incluída entre las cinco nominadas al premio de mejor película internacional en los Óscar.
'Mucha ira dentro'
Rodado en seis semanas en Clichy sous Bois y Montfermeil, el filme arroja una mirada cruda a la violencia policial que golpea a estos suburbios, a través de la historia de un policía de la brigada anticrimen.
"Me encantó, me conmovió mucho", dice Cyril, un educador especializado de 29 años. "Reconocí los suburbios tal como los conozco", dice.
"Aquí no hay solo violencia. Pero muchos de los jóvenes viven con mucha ira dentro", añade Cyril.
Este joven sabe que el presidente Emmanuel Macron "prometió hacer cosas por los suburbios" después de haber visto el largometraje. "Me gustaría, espero que las haga... pero no lo creo", dice.
Lo compara a otro filme El odio (La Haine en francés) de Mathieu Kassovitz. El odio fue un éxito en 1995 pero pese a eso no han habido muchos cambios desde entonces", dice.
Desde hace muy poco comenzó a llegar el tranvía a este suburbio. Varias torres de vivienda casi en ruinas fueron remplazadas. Y próximamente abrirá una línea de metro que conectará este suburbio con París.
"Los transportes, la renovación urbana... todo eso es bueno, pero no es suficiente", estima Clément, para quien se debería dar prioridad al "empleo" y al "poder adquisitivo".
Para Mehdi, la violencia descrita en el filme "es una realidad". "Es bueno que sea mostrada", estima este adolescente de 17 años.
Ly dijo que estaba "muy orgulloso". "No nos lo esperábamos, pensábamos que teníamos muy pocas posibilidades con las películas a las que nos enfrentábamos", dijo el director a la AFP en Los Ángeles.