Phoenix. El gobierno de Estados Unidos dijo este martes que comenzará a deportar a unos 250 mexicanos a la semana a bordo de vuelos desde Tucson, Arizona, a la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
La medida refleja la forma en que los mexicanos se han convertido en una prioridad en materia de seguridad fronteriza en momentos en que menos centroamericanos se dirigen a Estados Unidos. Los vuelos son con el objetivo de disuadir los intentos de cruzar ilegalmente la frontera al enviar a los migrantes a lo profundo del territorio mexicano.
Las autoridades migratorias comenzaron los vuelos de repatriación al interior de México en diciembre. El Departamento de Seguridad Nacional comentó que se realizarán dos vuelos semanales desde el 24 de enero.
Heather Swift, portavoz de la agencia, dijo que los vuelos cubren una añeja solicitud del gobierno mexicano y enviarán a las personas repatriadas más cerca de sus ciudades de origen. Los mexicanos originarios de estados fronterizos no serán deportados en estos viajes.
Los connacionales están exentos de una medida que Estados Unidos implementó hace un año que obliga a los solicitantes de asilo a aguardar en México su fecha de audiencia en una corte migratoria estadunidense. Más de 56 mil solicitantes de asilo habían sido devueltos por Estados Unidos a territorio mexicano hasta finales de noviembre, según Transactional Records Access Clearinghouse de la Universidad de Syracuse. Casi dos terceras partes de los solicitantes de asilo son guatemaltecos u hondureños.
La medida, llamada “Protocolos de Protección a Migrantes” se ha expandido en distintos puntos de la frontera mientras el número de arribos de migrantes centroamericanos se ha desplomado.
Los mexicanos representaron la mitad de los arrestos y de personas detenidas en la frontera estadounidense durante el mes de diciembre, tres veces más que cualquier otra nacionalidad y un cambio significativo respecto a gran parte del año pasado, en donde predominaban los migrantes procedentes de Honduras y Guatemala.
“Este es otro ejemplo del gobierno de Trump trabajando en conjunto con el gobierno de México para atender la crisis de seguridad fronteriza actual”, declaró Swift.
Un programa similar implementado entre 2004 y 2012 también enviaba a los migrantes que habían cruzado la frontera en Arizona en vuelos a lo profundo del territorio mexicano, y tuvo un costo de más de 100 millones de dólares. El programa de repatriación tenía el objetivo de disuadir a los migrantes para que no intentaran nuevamente la travesía.
Inicialmente, las autoridades mexicanas tenían dudas, pero acogieron el programa como una forma de salvar vidas en momentos en que miles de migrantes fallecían en el desierto.
Más de 125 mil personas fueron repatriadas sin que les representara un costo. El programa concluyó una vez que el número de migrantes comenzó a descender.