Washington. Miles de personas marcharon ayer en Teherán para exigir la renuncia del líder máximo ayatola Ali Jamenei en protesta por el derribo, el pasado miércoles, de un avión ucranio por un misil antiaéreo iraní. El presidente estadunidense, Donald Trump, expresó su respaldo a las protestas contra las autoridades iraníes y en apoyo a las víctimas del avión ucranio.

Al lanzamiento accidental de dicho misil precedieron bombardeos iraníes a instalaciones donde había soldados estadunidenses en el territorio del vecino Irak, y que fueron represalia al asesinato por órdenes de Trump, hace una semana, del jefe de las Fuerzas Revolucionarias, Qasem Soleimani. El presidente estadunidense justificó dicho asesinato al afirmar que el general tenía planes de matar a muchos estadunidenses y atacar cuatro embajadas de su país.

Al valiente pueblo de Irán, que lleva tanto sufriendo: he estado con ustedes desde el inicio de mi presidencia y mi administración seguirá apoyándolos. Estamos siguiendo de cerca sus protestas y su valentía nos inspira, tuiteó Trump. 

Rechazo internacional a la guerra EU-Irán

Pese a las manifestaciones de solidaridad de Trump con el pueblo iraní, en varias ciudades estadunidenses como Nueva York, así como en Londres, Atenas y Ámsterdam hubo manifestantes que exigieron a Washington no lanzar una guerra contra Irán, sacar a sus tropas de Irak y también protestaron contra el derribo accidental del avión ucranio por parte de las fuerzas iraníes.

En un segundo mensaje, Trump emplaza a las autoridades a autorizar a los grupos de derechos humanos que informen de las protestas actuales del pueblo iraní. No puede haber una nueva masacre de manifestantes pacíficos ni un cierre de Internet. El mundo observa.

El secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo tuiteó: La voz del pueblo iraní es clara. Están hartos de las mentiras, corrupción, ineptitud y brutalidad de la Guardia Revolucionaria iraní bajo la cleptocracia de Jamenei. Apoyamos al pueblo iraní que merece un futuro mejor.

En Teherán fue detenido el embajador británico en Irán, Rob Macaire, bajo sospecha de intervenir en la organización de las protestas. Posteriormente fue liberado.