Trípoli. Los dos bandos enfrentados en el sangriento conflicto en Libia acordaron un alto el fuego que empezó a aplicarse en las primeras horas de este domingo, tras semanas de intensas gestiones diplomáticas por parte de Rusia y Turquía en favor de una tregua, para evitar que el país se convierta en una "segunda Siria".
Este país del norte de África, muy rico en petróleo, ha sido escenario de enfrentamientos y está sumido en el caos desde que una intervención militar internacional pusiera fin en 2011 a la larga dictadura del coronel Muamar Gadafi.
Desde abril del año pasado, el Gobierno de Unión nacional (GNA), basado en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional, es objeto del ataque de parte de las fuerzas leales al mariscal Jalifa Haftar, que controla el este del país.
El sábado por la noche, el mariscal Haftar anunció un alto el fuego que entraría en vigor a medianoche, tras una llamado conjunto en este sentido de los presidentes ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan.
Las fuerzas del mariscal advirtieron en un breve comunicado que "la respuesta será dura si el bando contrario viola la tregua", en referencia a las tropas del GNA.
Poco después, en un comunicado, el líder del GNA, Fayez al Sarraj, anunció un alto el fuego que entraría en vigor desde las primeras horas del domingo. Y subrayó asimismo el "legítimo derecho" de sus fuerzas a "responder ante cualquier ataque o agresión del bando contrario".
Después de la medianoche del sábado, es decir, después de la entrada en vigor de esta tregua, se escucharon aún disparos en el centro de Trípoli, sede del GNA, pero después se instauró la calma en la parte sur de la capital, donde las fuerzas del GNA resisten desde abril la ofensiva de las fuerzas de Haftar.
La misión de la ONU se felicitó por la tregua y exhortó a ambas partes a realizar "esfuerzos en favor de un diálogo interlibio".
Desde el inicio de la ofensiva de Haftar, más de 280 civiles han muerto, según la ONU. Además han perecido más de dos mi combatientes y unos 146 mil libios tuvieron que huir de los combates.
- Una "segunda Siria" -
La entrada en vigor de este alto el fuego se produce después de importantes gestiones diplomáticas lideradas por Ankara y Moscú.
El miércoles, Erdogan y Putin pidieron en Estambul que se instaurara esta tregua. Concretamente, Turquía pidió a Rusia que convenciera a Haftar de respetarla.
Ankara desplegó militares en enero para apoyar al GNA mientras que Rusia es sospechosa, pese a negarlo, de apoyar a las tropas de Haftar, quien también cuenta con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y de Egipto.
Tanto los países europeos como los del norte de África han lanzado una ofensiva diplomática para intentar evitar que Libia se convierta en una "segunda Siria".
A los gobiernos europeos les preocupa que grupos islamistas y traficantes de migrantes se asienten en este país, amparados por el caos que reina en él desde la muerte de Gadafi.
El sábado, Libia fue uno de los temas centrales de las conversaciones entre Putin y la canciller Angela Merkel en Moscú. La canciller alemana dijo que desea organizar próximamente en Berlín una reunión internacional sobre Libia con el apoyo de la ONU para ayudar a que el país vuelva a ser "soberano y recupere la paz".
Pero tanto Rusia como Turquía han surgido como las verdaderas potencias influyentes en la crisis libia, pese a apoyar supuestamente a diferentes bandos.
Sin embargo, el sábado Putin volvió a negar que su país sea un sostén del mariscal Haftar. "Si hay ahí rusos, no representan los intereses del Estado ruso, y no reciben dinero de este", afirmó.
Estados Unidos, disgustado por la creciente implicación de Moscú en Libia, denunció el sábado el "despliegue de mercenarios rusos (...) y de combatientes sirios apoyados por Turquía" en un comunicado de su embajada.