Los 49’s de San Francisco doblegaron por tierra a los Vikingos de Minnesota para meterse a la final de la Conferencia Nacional con marcador de 27-10. Es el retorno de un equipo ganador que no llegaba a esta instancia desde 2013, con seis temporadas fuera de los playoffs.
Los 49’s esperarán ahora al ganador del duelo de hoy entre los Empacadores Green Bay y los Halcones Marinos de Seattle para disputar el campeonato de la división.
Una de las franquicias más ganadoras de la Liga, con cinco títulos de Supertazón, no avanzaba a esta instancia desde que jugaron aquella temporada de 2013 en la que protagonizaron la final contra los Cuervos de Baltimore, monarcas aquella vez, en el famoso partido del apagón.
No sólo era el regreso de un equipo con gran afición, sino también la primera aparición del mariscal Jimmy Garoppolo en una postemporada, por lo que también representó un bautismo de fuego en el que llegó a ser interceptado y poner en riesgo a los Niners. Y donde Tevin Coleman consiguió dos anotaciones por tierra en una actuación ejemplar. Un contraste frente a las seis capturas que vivió Cousins.
Desde el inicio aquello era una fiesta en San Francisco, un estadio rebosante en rojo y oro. El entusiasmo no podía ser mejor para los 49’s en casa.
Sólo el primer cuarto fue un duelo parejo. Dos equipos desaforados que en su primera serie ofensiva consiguieron siete puntos. San Francisco abrió el marcador en el debut del mariscal Garoppolo, quien envió un pase para que Kendrick Bourne se desplazara tres yardas en la primera anotación, más el punto extra de Robbie Gould para adelantarse 7-0.
La tensión subió de inmediato con la serie de los Vinkingos, que empataron el juego 7-7 con anotación de Stefon Diggs tras un pase de Kirk Cousins para 41 yardas, más el punto extra de Dan Bailey.
En esas condiciones el duelo anticipaba una verdadera batalla en donde las defensivas serían claves para contener los avances, un punto en favor de los 49’s con su muro sólido. Pero aquella pugna tiran-te sólo duró en el primer cuarto.
A partir del segundo, San Francisco dio visos de verdadera ambición por llegar a la final de conferencia. A partir de este periodo tuvo el control del partido, no exento de errores, pero con la suficiente sangre fría y potencial para revertirlos.
Ahí empezó a despegarse de los de Minnesota, cuando la ofensiva de San Francisco se transformó en un taladro incontenible. A una yarda de la zona de anotación, Coleman encontró el hueco inesperado para deslizarse con maña para entrar y volver a cobrar delantera de los 49’s por 14-7 tras el punto extra de Gould.
En ese periodo, Garoppolo pagó su novatez en postemporada con un error que pudo ser más caro. Lanzó a Deebo Samuel sin percatarse que Eric Kendricks estaba a tiro y sólo tuvo que alzar las manos para interceptar el envío. La cara del mariscal sólo transmitía rabia y culpa en dosis similares. Aunque San Francisco quedó en una situación muy comprometida, su línea defensiva hizo el trabajo para impedir que entraran a la zona de anotación y los Vikingos eligieron la vía segura del gol de campo de 39 yardas que anotó Bailey y acerco a Minnesota 14-10.
El medio tiempo llegó para apretar tuercas en ambos equipos y parecía que volveríamos a ver el duelo cara a cara y en condiciones parejas, pero lo que regresó fue el capítulo donde San Francisco demostró su supremacía.
Para tranquilizar las aguas, San Francisco volvió a poner puntos de distancia por vía del gol de campo que consiguió Gould para quedar 17-10. En ese tercer cuarto, Cousins mostró segundos de nerviosismo. Si el mariscal de los Vikingos había dejado ver que podía llegar a esta instancia tras una actuación ejemplar a los Santos, cometió un error que tal vez le costó el juego. Lanzó el ovoide a su receptor sin percatarse que tenía problemas para eludir a Richard Sherman de los 49’s, por lo cual el envío dio en las manos del jugador de San Francisco y a la postre la pifia se tradujo en una anotación más.
Los Niners lograron poner su ofensiva con la zona de anotación a mano, para que Coleman volviera a acarrear el ovoide y horadar el muro defensivo de los Vikingos. La ventaja de los locales llegó a 24-10 tras el punto extra.
Como corolario de un tercer cuarto fatídico para los Vikingos, sufrieron la pérdida del balón en el despeje. Mitch Wishnowsky pateó 46 yardas, pero Marcus Sherels no pudo conservar el ovoide tras una lamentable obra de malabarismo, quien aprovechó la pifia fue Raheem Mostert para los 49’s.
El último cuarto fue la confirmación de la solidez con la que ha avanzado San Francisco y donde eligieron sumar a lo seguro y Gould les dio tres puntos más con una patada de 21 yardas para dejar el marcador final de 27-10.
Al final del encuentro, todos celebraron en el vestidor, mientras el coach Kyle Shanahan les concedía un día de descanso para que reportaran el lunes. En medio de la ovación, Richard Sherman fue cauto y dijo a voz en cuello: No lo olviden, lo único que ganamos fue la oportunidad de jugar otro partido. Nada más
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