Teherán. El Boeing 737 de la compañía Ukraine International Airlines que se estrelló el miércoles en Teherán, causando la muerte de 176 personas, tuvo que dar media vuelta poco después de despegar debido a un "problema", según los primeros elementos de la investigación iraní.
En Ucrania, el presidente Volodimir Zelensky decretó este jueves una jornada de duelo nacional.
"La prioridad para Ucrania es establecer las causas de esta catástrofe", dijo. Prometió que saldría la "verdad", después de enviar a 45 expertos ucranianos a Teherán para participar en la investigación.
El vuelo PS752 de UIA desapareció de los radares tras dos minutos de vuelo.
La Organización de la Aviación Civil (CAO) iraní indicó el jueves que el "el piloto no transmitió ningún mensaje de radio sobre circunstancias inusuales".
"Según testigos presenciales (...) se observó un incendio en el avión que se hacía más intenso", agregó este primer informe preliminar de la CAO.
Tras el inicio de este fuego, cuyo origen todavía se desconoce, "el avión que se dirigía al principio hacia al oeste para salir de la zona del aeropuerto, giró hacia la derecha debido a un problema y estaba en el camino de regreso al aeropuerto cuando se estrelló" cerca de la localidad de Chahriar, al oeste de la capital iraní, según la CAO.
Repatriar los cuerpos
Esta organización dio a entender que los testigos serían personas que se encontraban en tierra y otras que estaban en un avión que volaba a mayor altitud que el Boeing en el momento del drama.
La CAO señaló asimismo que este jueves se llevó a cabo una primera reunión entre expertos iraníes y ucranianos.
Según Zelensky, los expertos de su país tienen que participar en el "descifrado de las cajas negras" y se encargarán de "identificar y repatriar" a las víctimas ucranianas.
Las autoridades de Kiev indicaron que se están barajando siete hipótesis, entre ellas la de un disparo de misil, la de un atentado y la un problema técnico.
El vuelo PS752 de la UIA despegó a las 06H10 (02H40 GMT) del aeropuerto Imam Jomeiny de Teherán, en dirección del aeropuerto Boryspil de Kiev.
Según la diplomacia ucraniana, a bordo del Boeing había 82 iraníes, 63 canadienses, 10 suecos, 4 afganos y 3 británicos. Otros 11 eran ucranianos, incluidos nueve tripulantes.
La CAO indicó que 146 pasajeros tenían pasaporte iraní, 10 un pasaporte afgano, cinco un pasaporte canadiense, cuatro un pasaporte sueco y 11 ucraniano.
La diferencia se explica por la presencia de numerosos binacionales (entre ellos, a priori, 140 iraníes-canadienses), que sólo pueden entrar y salir de la República Islámica previa presentación de su pasaporte iraní.
Evitar las "especulaciones"
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pidió una "investigación exhaustiva" sobre esta catástrofe aérea, la más mortífera para los canadienses desde el atentado a un Boeing 747 de Air India en 1985, en el que murieron 268 ciudadanos.
Se trata también del peor accidente de un avión civil en Irán.
Canadá, donde se encuentra importante diáspora iraní, rompió relaciones diplomáticas con Irán en 2012 y reprochó a la República Islámica su apoyo al gobierno de Bashar Al Asad en Siria.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, se entrevistó por teléfono el jueves con su homólogo canadienses, François-Philippe Champagne, para abordar "el accidente del avión ucraniano y otros temas", según Teherán.
Por su parte, Estados Unidos hizo un llamado a la "plena cooperación con toda investigación sobre las causas" (del accidente).
Teherán se niega a entregar las cajas negras al fabricante estadounidense del aparato, Boeing. Sin embargo, la CAO indicó que las mismas, recuperadas desde el miércoles, serían enviadas "al extranjero".
Sólo unos pocos países, entre ellos Estados Unidos, pero también Alemania y Francia, tienen la capacidad técnica para analizar las cajas negras.
La catástrofe del 737 de la UIA se produce en medio de graves tensiones entre Irán y Estados Unidos, y poco después del lanzamiento de misiles por Teherán sobre las bases utilizadas por el ejército estadounidense en Irak.
Sin embargo, nada indica que estos acontecimientos estén relacionados y el presidente ucraniano advirtió contra toda "especulación".
Este es el primer accidente mortífero para UIA, una empresa que pertenece, en parte, al sulfuroso oligarca Igor Kolomoiski, conocido como cercano al presidente Zelenski.
Boeing, afectado por un escándalo en torno a sus 737 MAX, clavados en el suelo desde hace 10 meses, declaró estar "dispuesto a ayudar con todos los medios necesarios".