Ciudad de México. La inflación rompió con la racha de incrementos por arriba de la meta de Banco de México que arrancó en 2017 cuando se liberaron los precios de los energéticos. En diciembre pasado cerró con un incremento mensual de 0.56 por ciento y una tasa anual de 2.83 por ciento, el nivel más bajo desde 2015.
De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), precios de energéticos y productos agropecuarios más laxos a lo largo de 2019 implicaron menor presión para el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Entre los componentes de la medición, el subyacente que agrupa productos y servicios menos propensos a variar, incrementó 0.41 por ciento mensual y 3.59 por ciento a tasa anual. A su interior los precios de las mercancías y de los servicios se incrementaron en 0.26 y en 0.57 por ciento mensual, respectivamente.
El índice no subyacente incrementó 1 por ciento mensual y 0.59 por ciento anual, los precios de los productos agropecuarios crecieron 1.78 por ciento y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno fueron mayores en 0.45 por ciento a tasa mensual.
El jitomate, la cebolla y el transporte aéreo fueron los rubros que más se encarecieron en diciembre de 2019, mientras el aguacate, la naranja y el limón representaron menor presión para el INPC.
Tabasco, Baja California Sur y el Estado de México fueron los estados donde más se encarecieron servicios y productos en diciembre pasado, mientras que en Sinaloa, Tamaulipas y Sonora se vieron menores presiones.
En 2019, estancamiento económico y la baja en la inflación que se acompañó del incremento en la incertidumbre por factores internos y externos dieron pie que el Banco de México redujera su tasa de referencia hasta en cuatro ocasiones seguidas.
Luego de llegar a 8.25 por ciento en diciembre de 2018 y mantenerse así los primeros meses de 2019, a la fecha se ubica en 7.25 por ciento. Tasa que desde 2017, con el despegue de la inflación que impulsó la liberación de precios en el llamado gasolinazo, avanzó de manera continua como mecanismo de contención y encareció el crédito.
La meta del Banco de México es una inflación anual en 3 por ciento con un rango de un punto porcentual por arriba de ese promedio o por debajo.