A la par, diciembre pasado sumó 31 meses de pérdidas en el mercado interno. Se vendieron 130 mil 448 unidades, el registro más alto para cualquier mes del año pasado, pero 8.3 por ciento menos que los datos para el mismo periodo de 2018.

Guillermo Rosales, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), declaró que con esos resultados se confirma la crisis que vive el mercado interno automotor y previó una merma más para 2020, antes de que toque fondo la fase recesiva del sector.

Este año volverá a bajar la comercialización

La expectativa para este año es que el mercado vuelva a caer alrededor de 2 por ciento. Luego de esta última reducción, los empresarios automotrices anticipan un periodo de estabilidad, sin que ello represente una rápida recuperación de los niveles de demanda registrados entre 2014 y 2016.

De acuerdo con la información reportada por el Inegi, de 32 marcas y submarcas registradas, 19 tuvieron menos ventas el año pasado, al comparar las cifras con las de 2018.

Por el contrario, la china JAC se contó entre las armadoras con mayor avance en las ventas, con 63.5 por ciento. Le siguieron Volvo (23.2), Renault y Suzuki (18.4 y 18.3, de manera respectiva).

Nissan, General Motors y Volkswagen –que sumados concentran la mitad del mercado– también resintieron el menor consumo, a la par del estancamiento de la economía. La primera armadora agrupa 20.3 por ciento de ventas en México y tuvo una caída de 14.1 por ciento a lo largo de 2019. La segunda tiene 16.1 por ciento de participación y su comercialización bajó 10.2. Y la tercera sostiene 13.8 de ventas y el año pasado éstas cayeron 7.5 respecto de 2018.

En este contexto, la AMDA reiteró que un mayor deterioro del empleo, la inversión y la transmisión a otros rubros de la economía nacional está previsto si no se coordinan acciones de impulso al ramo entre industria y gobierno federal.

Las propuestas que enlista son estímulos fiscales, eliminar la tenencia vehicular en todo el país, hacer más estricta la inspección aduanera para combatir la entrada de autos ilegales y la creación de una placa única.

A ello sumó la necesidad de renovar el transporte público y de las micro y pequeñas empresas mediante un robusto programa de financiamiento y de apoyos complementarios en el que participen la banca de desarrollo y el sector financiero.