Caracas. Cuando Juan Guaidó ingresó al patio de la Asamblea Nacional (AN) corrió junto a otros diputados para intentar agarrar a Luis Parra, quien se dirigía hacia el despacho de la presidencia legislativa. Parra, electo presidente de la AN el domingo pasado, había terminado la sesión unos minutos antes y salido del hemiciclo. Guaidó, quien reivindica la presidencia de la AN, ingresó minutos después al mismo hemiciclo para comenzar la sesión que afirmó presidir.
El martes en la mañana fue así un escenario de toma de trinchera en el Palacio Legislativo. Se trató del primer día de sesión luego de la elección de una nueva junta directiva el domingo que dejó por fuera a Guaidó, quien ocupaba el cargo de presidente de la AN desde el 5 de enero del 2019.
Guaidó no reconoció haber perdido la presidencia ante otra lista encabezada por otro sector de la oposición que contó con los votos de los diputados del chavismo, y afirmó ese mismo domingo, desde la sede de un periódico opositor, seguir siendo el presidente de la AN. No de otra, sino de la misma presidida por Parra.
El argumento de Guaidó fue que le habían impedido el ingreso a la sesión del domingo. Esa denuncia quedó desmentida por varios videos que circularon mostrando cómo era autorizado a ingresar, pero se negaba, alegando que solo entraría si permitían dejar ingresar a un diputado inhabilitado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Su objetivo era, afirmaron diputados del chavismo, de la lista de Parra, generar un hecho mediático en vista de que no tenía los números suficientes para mantener la presidencia debido a que varios diputados que debían apoyarlo finalmente le dieron la espalda para la votación.
El día martes fue entonces el escenario esperado donde tanto Parra como Guaidó habían anunciado que irían al Palacio Legislativo a sesionar. Las especulaciones acerca de qué podría pasar eran muchas, aunque desde tempranas horas de la mañana se supo que no habría, nuevamente, impedimento para el ingreso de Guaidó y quienes lo respaldan políticamente.
Su entrada fue una nueva obra mediática que desembocó en el intento, insultos mediante, de agarrar a Parra cuanto éste salía de la sesión. El acto seguido fue el ingreso de Guaidó al hemiciclo a iniciar su sesión y obtener la fotografía de la reconquista del espacio perdido, para anunciar luego por redes que había “derrotado el golpe legislativo orquestado por la dictadura y sus cómplices”.
Ambos bloques se retiraron de la AN a principio de la tarde y quedó una pregunta sin respuesta: ¿qué sigue?
La respuesta tiene dos dimensiones, una en términos nacionales, y otra internacional. En lo nacional, la AN que dice presidir Guaidó no tendrá capacidad de ejercicio de poder, ya que los otros órganos del Estado, poderes públicos, reconocerán a la AN presidida por Parra, aunque, esa misma AN sigue bajo el desacato dictado por el TSJ en el 2016. ¿Se quitará ese desacato? Ya se habla al respecto. En lo internacional, el bloque de países que reconocieron a Guaidó como autoproclamado presidente de Venezuela mantendrá su respaldo a la AN con Guaidó y a él como presidente encargado. Estados Unidos lo ha repetido a través de diferentes voceros de la administración desde el domingo hasta el martes horas después de lo acontecido en el Palacio Legislativo.
La presidencia de Parra será reconocida por aliados centrales del gobierno de Maduro, como, por ejemplo, Rusia. Ese reconocimiento será importante tanto en la posibilidad de realizar acuerdos internacionales, como en la conformación del próximo escenario electoral legislativo que tendrá lugar este año: será desde allí, por ejemplo, que seguramente se impulse la renovación del Consejo Nacional Electoral.
En cuanto a la dinámica concreta del Palacio Legislativo aún resulta temprano saber cómo seguirá. La próxima sesión convocada podría ser una repetición de lo sucedido este martes, donde existan dos momentos en el hemiciclo, desconociéndose mutuamente, pero teniendo la encabezada por Parra un poder de facto dentro de territorio y la política nacional.