El descontento social limitará la capacidad de los gobiernos de América Latina para establecer medidas que generen una consolidación fiscal sustancial, debido a que no se espera que el crecimiento relativamente bajo mejore significativamente las dinámicas del empleo, o que disminuya la desigualdad del ingreso en la región , consideró la firma Moody’s.
En un reporte dado a conocer este martes, la calificadora de valores internacional señaló que el aumento del descontento social a lo largo de la región de América Latina afectó las perspectivas de inversión y contribuyó a los recortes de crecimiento observados durante el último año.
"En 2020, la mayoría de las economías de América Latina crecerán a tasas más altas que en 2019, registrando un crecimiento real anual del PIB en el rango de 2.5-3.5 por ciento “ indica Renzo Merino, vicepresidente asistente de Moody's.
Advirtió: "Sin embargo, el creciente riesgo político en la región aunado a los vientos externos en contra, representan importantes riesgos a la baja para la perspectiva de crecimiento. Adicionalmente, en el futuro previsible, el crecimiento de tendencia se mantendrá por debajo de los niveles vistos en los últimos 20 años y el bajo crecimiento complicará la gestión fiscal para la mayoría de los soberanos de la región."
La perspectiva de Moody's Investors Service para la calidad crediticia soberana de América Latina y el Caribe en 2020 es negativa, reflejando sus expectativas de las condiciones crediticias fundamentales que habrán de incidir en el crédito soberano en los próximos 12 a 18 meses.
Un modesto crecimiento económico y crecientes tensiones sociales complicarán gestar políticas encaminadas a reforzar la consolidación fiscal en la región.
La mayoría de los gobiernos de América Latina disminuirá su déficit fiscal o lo mantendrá en niveles similares a los de 2019. Sin embargo, debido a que sólo algunos soberanos reportarán balances primarios suficientes para estabilizar sus indicadores de deuda en 2020, Moody's no espera que los gobiernos reconstruyan el espacio fiscal que perdieron en años recientes.
Consecuentemente, la mayoría de los soberanos de América Latina tendrá capacidad limitada para implementar políticas contracíclicas para responder ante choques potenciales.
Las mejores estructuras de deuda y los perfiles de vencimiento extendidos a más largo plazo, ayudarán a mitigar los riesgos crediticios asociados con niveles de deuda gubernamental más elevados.
Además, las favorables condiciones de financiamiento en 2020 ayudarán a contener los costos de la deuda en varios países.