Sídney. La marina australiana comenzó este viernes la evacuación de cientos de personas atrapadas en una ciudad del sudeste rodeada por el fuego, entre temores de que este fin de semana empeore la situación de los incendios forestales en que han muerto 19 personas. Los siniestros que están arrasando buena parte del estado de Nueva Gales del Sur desde el pasado mes de septiembre se han cobrado las vidas de unos 480 millones de animales, contando vida salvaje y cabezas de ganado, según estimaciones de la Universidad de esta ciudad.
Al menos 21 personas han muerto en Australia, 11 de ellas esta semana, por la ola de incendios que lleva asolando la región de Nueva Gales del Sur y partes de Victoria, en el sur del país desde el pasado noviembre, según un último balance publicado ayer, a pocas horas de la llegada de un nuevo frente cálido que amenaza con propagar todavía más las llamas entre temperaturas superiores a los 40 grados.
El Servicio Rural de Bomberos ha avisado de que la ceniza ardiendo de estos incendios podría alcanzar los pies de las Montañas Azules –al noroeste de Penrith, a sólo 50 kilómetros de Sídney–, donde el termómetro llegará en las próximas horas hasta los 46 grados. Hay un total de 130 incendios activos en el país, medio centenar de ellos fuera de control, que han arrasado 3 millones y medio de hectáreas.
Las autoridades también temen que las llamas se propaguen a lo largo de la costa sur del país. Particularmente vulnerable es el incendio de Bega, que podría unirse a los declarados en Narooma y Bermagui para convertirse en el más grande de los focos activos.
Este sábado, más de 3 mil bomberos combatirán las llamas por todo el estado con la ayuda de un dispositivo adicional de 500 efectivos que coordinarán las operaciones desde puntos estratégicos. Nos estamos preparando para otro día terrible
, lamentó la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, quien ha instado a cualquier residente del estado a que, ante la duda, acuda rápidamente a un refugio.