Boston. Equipos de rescate centraban ayer la búsqueda del sumergible desaparecido el domingo con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titánic, en la zona donde en las últimas horas se escucharon ruidos de origen indeterminado, en una carrera contra reloj, ya que el oxígeno se agota.
“No sabemos qué son los ruidos” escuchados el martes por la noche y ayer por la mañana, indicó el portavoz del servicio de guardacostas estadunidense, capitán Jamie Frederick, quien pidió mantenerse “optimistas y esperanzados”.
La comunicación con el sumergible Titán, de 6.5 metros de eslora, se perdió el domingo dos horas después de que emprendió el descenso hacia los vestigios del mítico transatlántico Titánic, localizados a casi 4 mil metros de profundidad y a unos 600 kilómetros de la isla canadiense de Terranova, en el Atlántico Norte.
Un barco equipado con robots submarinos autónomos del grupo noruego de servicios petroleros DOF se unió a la operación de búsqueda.
La embarcación polivalente Skandi Vinland llegó a la zona de la búsqueda el martes por la noche, indicó DOF en un comunicado y “desplegó dos ROV (vehículos submarinos operados a control remoto) para contribuir a los esfuerzos de búsqueda agrupados bajo el mando de los guardacostas de Estados Unidos”, precisó. Sin embargo, no han dado resultado.
A bordo del Titán viajan el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Sulaiman; el buceador francés Paul-Henri Nargeolet, y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible y que cobra 250 mil dólares por persona.
La Guardia Costera estadunidense dio a conocer que los equipos de búsqueda escucharon golpes a intervalos de 30 minutos. Pero todavía es “especular” acerca de si esos ruidos son una señal real de vida, comentó Art Trembanis, científico marino de la Universidad de Delaware.
Incluso este tipo de patrón de ruidos podría provenir de un instrumento submarino que emite ruidos repetidos. Por lo general, un vehículo de este tipo cuenta con un dispositivo llamado pinger (emisor de ultrasonidos) que puede comunicarse con la superficie y facilitar su localización, añadió Matt Dzieciuch, experto en acústica oceánica de la Institución Scripps de Oceanografía.
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, cree que de haber sufrido un problema eléctrico o de comunicaciones, eso no habría impedido al Titán subir a la superficie, pero que “si el casco de presión estuviera dañado”, las esperanzas de encontrar a los cinco pasajeros vivos se disiparían.
Los expertos también aseguran que permanecer tanto tiempo a tal profundidad podría provocar hipotermia.
En los últimos días también salió a la luz un informe sobre las deficiencias de seguridad de la nave. El ex director de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, la empresa fabricante, David Lochridge, fue despedido por cuestionar la seguridad del aparato, al mencionar en una demanda judicial el “diseño experimental y no probado” del sumergible.