Madrid. La violencia machista, cuya existencia niega el ultraderechista Vox, y los feminismos “integrador” y el “excluyente”, son los principales temas de debate y enfrentamiento en la campaña de cara a las elecciones generales del próximo 23 de julio.
El candidato del derechista Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, favorito en la contienda, restó importancia a una condena por violencia de género de un diputado de Vox, al asegurar que tuvo “un divorcio duro”.
La aspirante de la coalición de izquierda Sumar y vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, respondió que sus declaraciones “legitiman el maltrato a la mujer y le inhabilitan para ser presidente del gobierno”.
El jefe del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, reconoció esta semana que el feminismo “excluyente” que enarbolaron su gobierno y su ministra de Igualdad, la lideresa de Podemos, Irene Montero, provocó “incomodidad” en un sector importante de la población.
Abogó por recuperar el “feminismo integrador”, que históricamente ha defendido su Partido Socialista Obrero Español, con figuras como Amelia Valcárcel, que tras ser apartada por su formación política ahora apoya Núñez Feijoó.
Incluso en la izquierda hay una fractura. Sumar, a la que se integró Podemos, excluyó, sin explicación de por medio, de sus listas electorales a Montero, aunque extraoficialmente se sostiene que su marginación respondió a su desgaste como dirigente política.
También en Sumar trascendió que quien iba como principal candidato en la circunscripción de Álava para el Senado, Aitor Abecia, fue obligado a dimitir tras ser condenado por violencia de género.
Las negociaciones entre el PP y Vox para formar gobierno en Extremadura fracasaron. La candidata del PP, María Guardiola, rechazó la postura de Vox hacia la mujer: “No puedo dejar entrar en mi gobierno a aquellos que niegan la violencia machista”.