El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, afirmó ayer que “si (su secretario general, Jens) Stoltenberg de nueva cuenta dice que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) está en contra de congelar el conflicto de Ucrania, entonces quiere guerra”. Agregó: “pues que combata entonces. Nosotros estamos preparados”.
Stoltenberg, en una entrevista publicada el domingo por el periódico alemán Welt am Sontagg, afirmó que “todos queremos que esta guerra termine, pero para que haya paz duradera debe ser justa. No puede significar congelar el conflicto y aceptar un acuerdo dictado por Rusia. Sólo Ucrania puede definir los términos que son aceptables”.
Precisó Lavrov: “hace tiempo entendimos cuál es el verdadero objeti-vo de la OTAN en Ucrania. (…) Mientras aseguran que no están en guerra con Rusia, hacen exactamente eso, al reconocer que, sin llenar de armas el régimen ucranio, sin darle información de inteligencia ni imágenes de satélite, las hostilidades en Ucrania ya habrían terminado. Y de hecho están admitiendo que forman parte de las guerras ‘caliente’ e híbrida que se han declarado contra Rusia”.
Lavrov respondió a Stoltenberg tras reunirse en Minsk con el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, quien recibió a los cancilleres de Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán, países que junto con Bielorrusia integran la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), los cuales celebraron en la capital bielorrusa su reunión regular en turno.
Ante sus colegas, Lavrov acusó a Estados Unidos y sus aliados de intentar dividir a los miembros de las alianzas en las que participa Rusia, como –además de la OTSC– son la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), formada también por China, India, Pakistán y 4 países postsoviéticos, y los BRICS, foro que integra junto con Brasil, China, India y Sudáfrica.
“Para Occidente la OTSC, al igual que la OCS y los BRICS, son un peligro para su dominio en el ámbito internacional”. Porque Estados Unidos y sus aliados “los considera centros emergentes de un futuro orden mundial multipolar y, en ese sentido, ven una amenaza directa a sus intereses, su hegemonía”, subrayó el jefe de la diplomacia rusa.
Según Lavrov, todos los participantes en la reunión estuvieron de acuerdo en que “es necesario resistir la presión de Occidente, que recurre cada vez más a acciones desesperadas y agresivas”, así como cumplir plenamente sus obligaciones como aliados, además de fortalecer la solidaridad entre ellos.
Lukashenko, citado por la agencia noticiosa oficial Belta, exhortó a los cancilleres a resolver los problemas pendientes al interior de esta alianza militar possoviética, en primer término la disputa territorial entre Kirguistán y Tayikistán.
“Hay que poner en la agenda estas controversias y resolverlas. Si contribuimos a arreglar el conflicto fronterizo entre Kirguistán y Tayikistán, la gente dejará de morir y estos países siempre estarán agradecidos con nosotros”, expresó el presidente bielorruso.
Leyes adoptadas al vapor
La Duma, o cámara baja del Parlamento ruso, aprobó ayer, en segunda, tercera y definitiva instancias, una norma que, en periodos de movilización, ley marcial y situación de guerra, permite servir en el ejército por contrato a quienes cumplen condena en las cárceles o tienen limitaciones físicas parciales.
Con esto se legaliza, aunque post factum, la contratación de decenas de miles de prisioneros por parte de las llamadas “compañías militares privadas”, eufemismo de batallones de mercenarios como el grupo Wagner, prohibidos por la Constitución, que prefieren arriesgar la vida en unidades de asalto con la esperanza de sobrevivir seis meses, ganar algo de dinero y quedar en libertad mediante un indulto presidencial.
Además, otra ley adoptada ayer exime de responsabilidad penal por delitos tipificados como de “leve y mediana gravedad” a todos los rusos que combaten en Ucrania en calidad de militares por contrato o de reservistas llamados a filas.
Estas leyes, que aún deberán ser aprobadas por el Consejo de la Fede-ración o Senado y promulgadas por el presidente Vladimir Putin, excluyen a los condenados por violación, terrorismo, atentados, alta traición y espionaje delitos catalogados graves.
A partir de ahora, los diputados decidieron que incumplir la ley marcial –hasta ahora vigente sólo en las cuatro regiones ucranias anexionadas por Rusia en septiembre pasado y que el Kremlin asegura no tener la intención de declarar en todo el país– supondrá, en casos que no se consideren delitos penales, multas simbólicas de 500 a mil rublos (de 100 a 200 pesos) hasta 30 días de privación de libertad. Y si la infracción se comete con un vehículo, éste podría ser confiscado y su dueño, además, tendría que pagar la multa.
Y en medio de la ofensiva ucrania, la Duma aprobó crear una “zona de libre comercio” en las regiones de Donietsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, anexionadas por Rusia, para “crear condiciones más favorables para estimular las inversiones a largo plazo en la economía de estas nuevas entidades de la Federación Rusa”, en palabras de la legisladora oficialista Nadiezhda Shkolkina, quien presentó el proyecto de ley a sus compañeros de Cámara.