Nueva York. Este año el mundo consumirá el doble de recursos naturales de los que el planeta tiene capacidad de aportar. “Tenemos una naturaleza en crisis”, expuso William Sisson, director para América del Norte del Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), que integra a empresas multinacionales.
Los sectores extractivos, como el relacionado con el petróleo o la minería, son los que más impactan el ambiente, apuntó Sisson, en un encuentro en el que fueron presentados planes privados de aumento en la oferta de alimentos con un menor impacto en el ambiente. “Una combinación de innovación y de poner en práctica esas mejoras científicas y tecnológicas en el campo puede llevar a revertir los problemas de abasto de alimento y de deterioro del ambiente”, comentó Matthias Berninger, director de asuntos públicos, ciencia y sostenibilidad de la multinacional alemana Bayer.
La firma anticipa un campo para ampliar su negocio agrícola en el mundo, a través de lo que identifica como “agricultura regenerativa”: incrementar la producción de alimentos, los ingresos de los productores agrícolas y la resiliencia de los cultivos en un clima cambiante, “mientras se renueva la naturaleza”, como describió Rodrigo Santos, director de ciencia de cultivos de Bayer e integrante del consejo de administración de la multinacional.
Tema de seguridad nacional
Un tema planteado aquí es el uso de recursos naturales y el impacto del cambio climático en la producción de alimentos y la respuesta de la ciencia para acometer estos obstáculos. “El sistema de producción de alimentos es interdependiente. Hoy, la agricultura se ha vuelto asunto de seguridad nacional”, dijo Alexander Kazan, experto en temas comerciales de Eurasia Group.
William Sisson, del WBCSD, habló del riesgo relacionado con el cambio ambiental y la producción de alimentos. Los recursos naturales que se usan en las actividades alrededor del mundo duplican lo que la Tierra dispone naturalmente. Ese déficit se genera por el uso de recursos ecológicos y la acumulación de residuos, en especial bióxido de carbono en la atmósfera. En los años 70 del siglo pasado, la utilización de recursos era similar a los que el planeta podía aportar cada año.
En la reunión se planteó que la actividad agrícola, además de ofrecer alimentos, permita que los suelos “capturen” carbono para que no sea liberado al ambiente. Ese gas retenido se convertiría en un ingreso para el agricultor, por medio de una suerte de “bono de carbono”.