Roma. La ONG española Open Arms rescató ayer a 117 migrantes hacinados en una precaria embarcación de madera procedente de Libia, mientras el presidente de la organización, Óscar Camps, acusó a la guardia costera griega de remolcar y volcar al pesquero que se hundió el miércoles frente a las costas de Grecia, en el que murieron al menos 80 personas.
La operación de rescate tuvo lugar en aguas internacionales, a 30 kilómetros de la costa de Libia, después de que la embarcación abandonó el puerto de Sabratha a la una de la mañana GMT, indicó el comunicado y un portavoz de la organización benéfica.
Los 117 pasajeros, entre ellos 25 mujeres y niños, son sometidos a evaluación médica a bordo del barco, indicó la organización, sin detallar adónde serían trasladados.
En tanto, un velero a la deriva con 96 personas a bordo fue rescatado por la guardia costera italiana durante una larga operación nocturna, a unas 100 millas náuticas de Roccella, en Calabria.
Mientras, el Salvamento Marítimo de España rescató a 38 magrebíes, todos hombres, de una patera cuando se encontraban a unas siete millas náuticas de Arguineguín, en Gran Canaria.
En una entrevista con el diario El Periódico, Camps aseguró que, según el relato de los supervivientes, la guardia costera griega “remolcó el barco hasta sacarlo” de las aguas de la zona de responsabilidad de búsqueda y salvamento griega, la conocida como zona SAR, y por ello “se les volcó”.
El presidente de Open Arms acusó de “mala praxis” a la guardia costera, y añadió que no hay registro de esta maniobra en ninguno de sus informes. Unas 500 personas siguen desaparecidas y 108 fueron rescatadas.
Al preguntarle por la versión de la guardia, que asegura que tuvo contacto con el barco y que los pasajeros rechazaron la ayuda, sostuvo que “la situación era bastante patética como para que alguien diga que no querían ser rescatados”. Además, Camps calificó de “nefasto” el papel de la agencia europea Frontex, que monitorea embarcaciones.
Mientras Tarek Aldroobi, que tenía tres familiares a bordo, dijo a la cadena CNN que éstos vieron a las autoridades griegas remolcar el barco hacia la costa con cuerdas, pero estaban atadas en los “lugares equivocados”, lo que provocó que volcara.
Las autoridades griegas rechazaron esta versión y defendieron su respuesta ante el hundimiento. “Cuando el bote volcó, ni siquiera estábamos al lado del bote. ¿Cómo podríamos estar remolcándolo?, aseveró Nikos Alexiou, un portavoz de la guardia costera, a CNN.
Alexiou detalló que su bote patrullero sólo usó una pequeña cuerda para estabilizarse mientras estaba cerca del bote migrante y no lo pudieron remolcar.
Según Alexiou, la guardia costera había observado el barco de cerca, pero no a la distancia de amarre, cuando comenzaron a acercarse luego de una alerta de que el motor del barco había fallado, tras lo cual se hundió.
La policía griega solicitó a la agencia policial de la Unión Europea (Europol) que colabore en la investigación del siniestro.