Para establecer vínculos culturales y estrechar lazos de amistad entre México y el Reino de Arabia Saudita, la embajada de este país, a través de la organización Música Marvels, y con el apoyo de la Secretaría de Cultura Federal, presentó el martes pasado en el Auditorio Nacional el concierto Obras maestras de la música saudita, con la participación de la Orquesta y Coro Nacional Saudita. Un espectáculo de música, canto, poesía y danza que emocionó a un público entusiasta y deseoso de saber más acerca de esta cultura.
El repertorio de las “obras maestras”, algunas de las cuales datan de la era preislámica, incluyó piezas que exploran la historia de la extraordinaria civilización musical musulmana: piezas instrumentales y canciones que narran las conquistas guerreras, la de fiestas de familias nobles, de las “mujeres cantantes” o las que acompañaban a las caravanas en su larga travesía por el desierto. Temas musicales clásicos del folclor árabe que se escucharon imponentes tocadas con instrumentos musicales originales, como el rabab, uno de los primeros instrumentos de cuerda precursor de los cordófonos occidentales como el violín; el ud, o laud árabe, instrumento de 12 cuerdas pulsadas; el qanun, instrumento de forma trapezoide de 26 juegos de cuerdas triples parecido al salterio, que se toca apoyado en el regazo del músico con dos púas; el ney, flauta construida con caña hueca que puede reproducir sonidos dentro de un rango de tres octavas. Además de la percusión, tipificada en los tambores darbouka o tambores de copa, de doble parche, que son la base de la música árabe, y los tambores de marco, de un parche, parecido a una pandereta que al tocarlo con las palmas de la mano hacen polirritmia en el conjunto de una manera excitante.
Integrada por destacados músicos y cantantes provenientes de diferentes regiones del territorio saudí, la Orquesta Nacional de Arabia Saudita se destaca por recrear esos sonidos con instrumentos que se han tocado constantemente “durante 5000 años”, como dice Yousif Sheronick, un percusionista del conjunto y músico mundial que ha tocado con Yo-Yo Ma, Philip Glass, Branford Marsalis y otros: “El sonido de los instrumentos árabes es tan hermoso que ha tenido un tremendo impacto, tanto en los músicos occidentales como en los oyentes, o no se habrían quedado tanto tiempo”.
A los temas tradicionales del folclor árabe le siguieron canciones actuales como Al-Marwatain, interpretada por Tariq Abdulhakim; Da Ghamak, pieza que interpretó Al-Yanbuawi, y Sattal Janaha, una canción noble entonada por Mohamad Abdo.
Cada canción daba pie a un cuadro dancístico o alardah realizado por integrantes del Conjunto de Artes Escénicas Saudita. Danzas que practican solo hombres y marcan el principio y el fin de acontecimientos especiales, con movimientos clásicos de la danza árabe, así como los de gran destreza, entre ellos una muestra de virtuosismo al hacer malabares con los sables.
Todos los hombres de la orquesta y coro portaban la vestimenta tradicional abaya, consistente en una túnica blanca suelta que llega hasta los pies y que se complementa con la hiyab, un turbante a cuadros blancos y rojos que cubre la cabeza. En tanto las mujeres portaron un elegante abaya de color negro con decoraciones en dorado.
El director general de la Comisión de Teatro y Artes Escénicas de Arabia Saudita, Sultán Al-Bazie, responsable de esta iniciativa, manifestó que “esta obedece a la necesidad imperante de difundir el patrimonio artístico y cultural de la península arábiga: su música, canto, poesía y danzas milenarias. Y México es un buen escenario para hacerlo. Por eso invitamos a la Orquesta Escuela Carlos Chávez a participar y compartir la experiencia de nuestra música”.
Por su parte, Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura Federal, quien llevó a mil 200 niñas y niños del programa Semilleros Creativos de México, agradeció esta unión, que es el resultado “de la amistad y universalidad de la cultura”.