Madrid. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, alertó ayer de los intentos por “romper” la relación entre su gobierno y el pueblo, y puso como ejemplo lo ocurrido en Perú con el depuesto mandatario Pedro Castillo. “Yo hablaba de Pedro Castillo, pero eso ya pasó la frontera. Nos van a seguir atacando más y más para romper la relación entre el pueblo y el gobierno, para derribar a la administración”, afirmó en un encuentro en Berlín, Alemania.
En su discurso en el Instituto Iberoamericano, Petro destacó la importancia de Colombia y la región para poner en marcha alternativas energéticas, precisamente uno de los principales asuntos que le llevó a Europa estos días.
“La selva Amazónica es la vida de la humanidad, ¿no tiene importancia América Latina? Hoy tenemos una importancia geopolítica que se agranda aún más porque si medimos el potencial de sus aguas, capacidad de recepción solar y de vientos, resulta que no hay mejor región del mundo que pueda generar energía limpia”, afirmó.
Hoy, además de reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz, será recibido por el presidente Frank Walter Steinmeier, quien le hará entrega de dos máscaras kogui, que permanecen en Alemania desde 1915 y estaban siendo expuestas en el Museo Etnológico de Berlín.
Petro negó las afirmaciones, hechas por un testigo anónimo a la revista Semana, según las cuales el mandatario sería el dueño del dinero robado a la ex jefa de gabinete Laura Sarabia, quien acusó del hurto a la entonces cuidadora de su hijo. Aunque en un principio se señaló que el hurto era de miles de dólares, Semana habló de un millón de dólares.
“Nunca en mi existencia he visto la cantidad de dinero que afirma una fuente anónima a la periodista Vicky Dávila en la revista Semana”, dice Petro en un comunicado.
La revista publicó un testimonio anónimo que dice haber hablado con el coronel Óscar Dávila, quien apareció muerto días después, y le habría confesado que el dinero era del jefe del Ejecutivo. “Son falsas las afirmaciones entregadas por una supuesta fuente que no se identifica, en las que se me relaciona con altas sumas de dinero en efectivo. Estas declaraciones, que son difíciles de acreditar debido a su carácter anónimo, tienen un ánimo difamatorio”, añadió el mandatario y dijo que “sólo quieren romper la confianza de la ciudadanía con su gobierno colombiano y evitar así las profundas reformas.
“Estos supuestos testimonios, que tienen un interés difamatorio en contra del presidente de la república, buscan minar la confianza en el gobierno nacional, con versiones sobre hechos en los que no existen ningún tipo de pruebas”, insistió.
La fiscalía citó a varios involucrados en el escándalo, como Sarabia, el ex embajador en Venezuela Armando Benedetti y los miembros de la seguridad del presidencial Palacio de Nariño, para responder por las supuestas interceptaciones ilegales realizadas y el presunto uso irregular del polígrafo que se usó con la niñera al servicio de Sarabia.