En México se destinan anualmente 10 millones de toneladas de maíz para la elaboración de tortillas, alimento básico de la población. De dicho mercado, alrededor de 25 por ciento está controlado por Maseca y Minsa, las dos harineras más grandes del país.
Estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) y del Consejo Nacional de la Tortilla (CNT) indican que la industria tortillera en México tiene dos fuentes principales de insumo: la masa o nixtamal tradicional, que ocupan 70 por ciento del total de 100 mil tortillerías en el país.
En tanto, el otro es la harina, que principalmente está representado por dos empresas: Maseca y Minsa, que tienen 25 por ciento del mercado, mientras 5 por ciento restante está en manos de la empresa del gobierno Diconsa.
De acuerdo con el GCMA, ambas empresas son grandes participantes del mercado de compra de maíz, pero no pueden ser consideradas monopolio, dado que entre ambas concentran menos de una tercera parte del maíz necesario para elaborar tortillas, es decir, menos de 3 millones de toneladas de las 10 millones que se usan al año.
El miércoles, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, llamó a productores de maíz que mantenían bloqueado el aeropuerto de Culiacán a tomar las bodegas de empresas como Minsa, Maseca y Cargill, acusando a estas empresa de estar detrás de los bajos precios que se pagan a los productores de granos.
Compras al extranjero
Aunque México es autosuficiente en producción de maíz blanco, el utilizado para la elaboración de tortillas, de acuerdo con el GCMA anualmente se importa, principalmente desde Estados Unidos, una pequeña cantidad de grano blanco.
De acuerdo con el organismo privado, anualmente empresas como Cargill, Archer Daniels Midland (ADM), Bartlett Grain, Scoular y Cofco importan aproximadamente desde Estados Unidos 17.5 millones de toneladas.
De esa total, 13.7 millones de toneladas tienen como destino empresas productoras del sector pecuario y otras 3.1 millones el rubro industrial.
De las importaciones de maíz, un pequeña parte, alrededor de 650 mil toneladas es blanco, el cual es destinado a la industria harinera, siendo las principales compradoras Maseca y Minsa.
Según su estado financiero, al cierre del primer trimestre de 2023, las ventas netas de Maseca alcanzaron un total de mil 585 millones de dólares, un incremento de 25 por ciento respecto a igual periodo de 2022, ante un aumento en la demanda de sus productos, principalmente en Estados Unidos.
En tanto, Minsa, la segunda harinera más grande del país, cerró el primer trimestre con ventas que ascendieron a mil 983 millones de pesos, un aumento de 28 por ciento en comparación con el resultado del mismo lapso de un año antes.