Las dificultades para la venta de las cosechas que enfrentan los productores de granos básicos (maíz, trigo y sorgo) se debe al retiro de los apoyos del gobierno federal, ya que al comenzar la administración se destruyeron los sistemas de comercialización, los precios objetivo y las coberturas, que al menos funcionaban cuando se necesitaba, y ahora, ante la caída de los precios internacionales, no hay salidas, advirtió Ana de Ita, del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam).
Mientras los productores de maíz sufren por alcanzar un precio suficiente para sus cosechas, las principales beneficiarias son las empresas que forman el oligopolio de este mercado: Cargill, Gruma y Minsa, que compran 87 por ciento del maíz barato y lo venden caro; “no tienen riesgo”, dijo Víctor Quintana, analista del sector agropecuario.
“Nada más neoliberal”
Como el gobierno desapareció Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) y la Financiera Rural, ahora los productores tienen costos de producción y financieros más altos y están sujetos al mercado, y si los precios caen no tienen nada que hacer. “No pueden pagar créditos ni los insumos, que subieron de precio por la guerra en Ucrania”, agregó Ana de Ita en entrevista.
Se debe considerar que estos productores de Sinaloa, Chihuahua y otros estados son los que alimentan a la gente en las ciudades; “hay una contradicción entre proponerse la autosuficiencia alimentaria y dejar de apoyar a los productores medianos y grandes. Quizá los muy grandes puedan sortear el problema de precios con sus ahorros, pero los medianos no. El riesgo es que se desaliente la producción por lo incierto del mercado y se tenga que importar aún más de lo que ya se adquiere del exterior”.
Destacó que los productores quedaron totalmente a merced del libre mercado y de las cotizaciones internacionales. “No hay nada más neoliberal”.
Por su parte, Quintana consideró necesario que se repongan programas para productores comerciales de más de 20 hectáreas, ya que en ellos todavía radica la soberanía alimentaria, pues los pequeños no producen suficiente maíz blanco y trigo para alimentar al país.
Consideró que una salida a corto plazo es que Segalmex y los gobiernos de los estados compren a precios de garantía, pero se requiere una intervención estatal para aumentar los precios a fin de que los productores se beneficien sin que se eleven los precios de la tortilla y otros alimentos básicos. Sostuvo que no se ha hecho la distinción en cuanto al precio del maíz blanco para consumo humano y el del maíz amarillo que es para el sector pecuario.