Los sonidos, cantos y bailes con aire misterioso de Medio Oriente hicieron reverberar al Auditorio Nacional, que contó con un lleno total para recibir el concierto Obras maestras de la música saudita en México, protagonizado por la Orquesta y Coro Nacional Saudita, el Conjunto de Artes Escénicas Saudita, la Orquesta Escuela Carlos Chávez y el Mariachi Real de Jalisco.
Un puente cultural se estableció cuando la Orquesta y el Coro Nacional Saudita sorprendió al público con su versión de Cielito lindo, con énfasis en las percusiones. La soprano Remaz Oqbi detuvo la respiración a más de uno cuanto entonó con su potente voz Bésame mucho, de Consuelo Velázquez, acompañada al piano por Ángel Gabriel López López.
Para la parte final del programa, los jóvenes músicos de la Orquesta Escuela Carlos Chávez se compenetraron con la saudita para interperetar un popurrí de música de aquel país, así como la canción Por encima de las nubes, de Rami Basahih.
La iniciativa Maravillas Musicales de Arabia Saudita recorre diferentes ciudades del mundo para difundir su patrimonio artístico y cultural. En cada lugar de la gira contará con la colaboración de una orquesta local. La primera parada en su vuelta por el continente americano fue el pasado martes en la Ciudad de México.
Al concierto asistió el cuerpo diplomático de los embajadores árabes y musulmanes en México. Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, destacó la presencia de mil 200 niños integrantes del programa Semilleros Creativos, que impulsa procesos de formación artística y creación colectiva. “No importa la región de la que vengan, o que su música sea tradicional, los niños necesitan leerla. Están aprendiendo un lenguaje con el que van a poderse comunicar con cualquier persona en el mundo”, apuntó la funcionaria.
El programa se dividió en cuatro partes. En la primera la Orquesta y Coro Nacional Saudita, integrada por 33 músicos y 39 cantantes, interpretó media docena de números, muchos de éstos relacionados con el folclore de su país. La agrupación tocó desde instrumentos clásicos como violines y flautas, hasta aquellos típicos de Arabia Saudita como el laúd y las percusiones, incluso había una batería. En cierto momento, hubo una pausa para que las autoridades sauditas obsequiaran un laúd a Alejandra Frausto.
El Mariachi Real de Jalisco, que ha acompañado al Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, tocó Huapango, de José Pablo Moncayo. A su vez, la Orquesta Escuela Carlos Chávez, bajo la dirección de Roberto Rentería, interpretó el Danzón número 2, cuyo autor, Arturo Márquez, se encontraba entre el público.
El concierto concluyó con la actuación conjunta de las dos orquestas. El maestro de ceremonias animó al público a obsequiarle algo a los artistas visitantes y surgió una porra: “A la bio, a la bao, a la bimbombá, Arabia, Arabia, ra ra rá”, que se repitió varias veces.