Tokio. Las exportaciones japonesas crecieron inesperadamente en mayo gracias a las sólidas ventas de automóviles, aunque el ritmo de expansión se ralentizó ya que la inflación y el aumento de las tasas de interés afectaron la demanda global, lo que pone de relieve la desigual recuperación de la tercera economía mundial.

Mientras que los hoteles, restaurantes y otras empresas del sector servicios del país han experimentado un auge del negocio desde que se suavizaron las restricciones relacionadas al COVID, las fábricas han pasado apuros ante el debilitamiento de la demanda de artículos cíclicos como las máquinas para fabricar chips.

Los datos del Ministerio de Finanzas mostraron el jueves que las exportaciones aumentaron 0.6 por ciento interanual en mayo, un vigésimo séptimo mes consecutivo de alzas, lideradas por un crecimiento de 66 por ciento en los envíos de automóviles.

El crecimiento global de las exportaciones fue el más lento desde febrero de 2021, pero el resultado superó el descenso interanual de 0.8 por ciento esperado por 16 economistas en un sondeo de Reuters, y siguió a una subida de 2.6 por ciento en abril.

“Los equipos semiconductores y las exportaciones relacionadas fueron las principales fuentes de debilidad de las exportaciones, lo que coincide con la fuerte caída de las ventas a países como Taiwán y Corea del Sur, compensada por la continua fortaleza de las exportaciones de vehículos de motor”, dijo Darren Tay, economista de Japón en Capital Economics.

Los datos de pedidos de maquinaria del gobierno, también publicados el jueves, pusieron de relieve las dificultades a las que se enfrentan los fabricantes, aunque las cifras generales sugieren que el sector servicios está proporcionando cierta amortiguación a la economía.

Los pedidos básicos de maquinaria aumentaron 5.5 por ciento en abril respecto al mes anterior, el primer incremento en tres meses y por encima de la previsión media de un alza de 3 por ciento.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Japón creció 2.7 por ciento anualizado en enero-marzo, muy por encima de la estimación preliminar de un alza de 1.6 por ciento, ya que la revisión de los gastos de capital y la firmeza del consumo privado compensaron con creces la ralentización de la demanda exterior.

Los datos mostraron que las importaciones cayeron 9.9 por ciento hasta abril, por segundo mes consecutivo, debido al descenso de los precios de las materias primas, frente a la estimación media de una baja de 10.3 por ciento.