Las entradas y salidas de los grandes flujos de capital en la inversión extranjera de portafolio en México, que antes eran fundamentales para el comportamiento del tipo de cambio, han pasado a segundo plano. Ahora, son los cambios en las fuentes y usos de divisas en México, como las remesas y el turismo, los factores que están detrás de la fortaleza del peso mexicano, afirmó Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (BdeM).
“En el margen, el diferencial de tasas que se ha mantenido en más de 6 puntos porcentuales desde hace un año, ha ayudado a la fortaleza de la moneda mexicana ante su similar estadunidense, pero no es el factor principal que explica su fortaleza. Ahora hay muchas cosas estructurales, cambios en los usos y fuentes de divisas dentro del país; ya que las fuentes vienen de otro lado: de remesas y de superávits turísticos.
“Ahora ya no viene de los grandes flujos de capital en la inversión extranjera de portafolio, que antes era fundamental, ahora cada vez es mucho menor. El 14 por ciento de la tenencia (de bonos) en manos de extranjeros y con la fortaleza del peso, lo que nos dice es que somos mucho menos vulnerables a las entradas y salidas de capital que antes. Antes cualquier salida de capital afectaba mucho, como la devaluación de 1994. En el margen sigue ahí, pero ya es una cosa de menor importancia de lo que era antes”, garantizó el banquero central.
En entrevista, el subgobernador del Banco de México afirmó que lo más importante es que se tenga un tipo de cambio flexible, que vaya donde tenga que ir, y no tratar de poner un objetivo o manipularlo. Eso México lo aprendió en el pasado con las grandes devaluaciones en los 80 y, todavía, la de diciembre de 1994.
Heath consideró que el tipo de cambio es un termómetro para ciertas cosas, pero no cree que represente todo lo que está pasando en la economía, “representa, simplemente, que hemos tenido más fuentes de dólares que de pesos y el precio del dólar, expresado en pesos, que es el tipo de cambio, lo está reflejando”.