Moscú, Rusia. Mientras algunos medios de comunicación aseguran que ya comenzó la ofensiva ucrania, y Kiev ni lo confirma ni lo desmiente, las autoridades de ambos lados del río Dniéper se volcaron este jueves en las labores de rescate de los miles de damnificados por la inundación en la región de Jersón, al romperse hace dos días la presa de la hidroeléctrica de Kajovka y desatarse la furia del agua de su embalse por causas aún desconocidas y que se atribuyen por igual rusos y ucranios.

El nivel promedio del agua alcanzó la mañana de este jueves 5 metros 61 centímetros, de acuerdo con el jefe de la administración regional nombrado por Kiev, Oleksandr Proskudin, quien estimó que en la región de Jersón 600 kilómetros cuadrados se encuentran anegados, de ellos 32 por ciento en la margen derecha del río Dniéper y 68 por ciento en la orilla izquierda, más baja, ocupada por las tropas rusas.

A la catástrofe medioambiental y humanitaria que golpea por igual a ambos lados del Dniéper, con miles de personas que han tenido que abandonar sus casas o que esperan ser rescatados en los techos de sus viviendas, con enormes extensiones de tierras de cultivo anegadas, con decenas de localidades sin agua potable ni luz, un nuevo peligro para la gente emergió este jueves con las minas que sembró Rusia para defender sus posiciones y que, con el torrente de agua que removió la tierra, explotaron o están flotando sin orden ni sentido.

El miércoles el jefe de la administración rusa en la parte ocupada de Jersón, Vladimir Saldo, declaró que la voladura de la presa (por los ucranios, según él) beneficia al ejército ruso porque hace casi imposible el traslado de armamento pesado al otro lado del Dniéper, pero este jueves aparecieron las primeras imágenes de satélite que parecen mostrar que nada queda en la línea fortificada de defensa que había levantado el ejército ruso en la zona ahora inundada.

El mando militar ucranio aseguró este jueves que, tras la voladura de la presa, Rusia replegó 15 kilómetros a sus tropas y armamento en la margen izquierda del río. Circulan videos que muestran –en los minutos posteriores al comienzo de la inundación– a grupos de soldados rusos, con agua casi llegando a la cintura, abandonando sus posiciones conforme avanzaba hacia ellos el torrente de líquido.

A todo esto, rusos y ucranios siguen inculpándose no sólo de haber causado la destrucción de la presa. Este jueves también cruzaron acusaciones de que sus tropas bombardearon la zona afectada por las inundaciones en plena labor de rescate.

Ni el diplomático de Moscú ni el de Kiev presentaron pruebas que avalen los cargos que imputan a su enemigo.